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BERLINALE 2012 Competición / Francia

Tey: viaje al fin de la vida

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El segundo día de la competición en la 62ª Berlinale comenzó con un animado paseo por las calles de una ciudad senegalesa no identificada en la que nació Satché, el héroe de Aujourd’hui [+lee también:
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ficha de la película
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(Tey), dirigida por el franco-senegalés Alain Gomis. La premisa es tan original como inquietante: por razones que ignoramos y que carecen de importancia, Satché (al que da vida el actor y músico estadounidense Saul Williams) sabe que a pesar de que se encuentra en la flor de la vida le quedan 24 horas de vida. Por ese motivo decide recorrer su vida y su ciudad, a la que ha vuelto tras quince años en el extranjero.

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En este espacio y este lapso de tiempo aparentemente delimitados, Satché, del que no no separamos en ningún momento, vive toda una serie de acontecimientos que representan diferentes momentos de su vida y guardan relación entre sí. En sus reencuentros con su familia, sus viejos amigos, su amante, su mujer y sus hijos y la gente de su país (los manifestantes que ya han tenido “bastante”, el panadero que se costea sus estudios de teología…), ora lo tratan como un héroe y corean su nombre, ora lo rechazan, ora se reintegra en su país natal, donde ha decidido morir, ora es visto como un forastero… La multiplicidad de situaciones y relaciones de la película la convierten, con sus diálogos tan profundos como parsimoniosos, en un crisol sutil y lleno de matices que es el conjunto de una vida.

Esta fábula en color (no solo en el sentido literal del término, sino también en el plano narrativo, a través de las imágenes que evocan los interlocutores de Satché), que es al mismo tiempo una reflexión sobre la existencia y sobre el principio del fin, da cuenta del viaje más auténtico posible (porque renuncia a todo propósito de ser exótico) al corazón de un universo fascinante, cuyo inusitado compás está marcado por los ruidos y los silencios. El espectador entiende tanto la mirada que Satché tiene sobre su vida en el crepúsculo de esta, como la de los que lo rodean y de la suya propia: la mirada del espectador no africano. Igual que Satché, observamos y nos sentimos partícipes y extraños a la vez: una impresión que refleja la coproducción Tey, en la que participaron las francesas Granit Film, Maïa Cinéma y Agora Films junto con la productora senegalesa Cinekap.

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(Traducción del francés)

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