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FESTIVALES Italia / Polonia

El trastorno mental de un padre en Fear of Falling presentado a concurso en Lecce

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- La primera película de ficción del polaco Bartek Konopka, candidato en 2010 al Oscar al mejor documental con Rabbit à la Berlin, se proyecta por primera vez en Italia como parte del certamen de cine europeo

Fear of Falling, del polaco Bartek Konopka (foto), nace de la necesidad de superar la pérdida de un padre y de pasar con él, aunque sea en la ficción, el último e inolvidable momento que no consiguió vivir en la realidad. Para su primera incursión en la ficción, el talentoso director de documentales, que en 2010 fue candidato al Oscar al mejor documental con Rabbit à la Berlin, ha elegido la tempestuosa relación entre un hijo y su padre esquizofrénico. Una historia que, si bien no es del todo autobiográfica, se nutre de las dudas, los interrogantes y los inevitables remordimientos (“no nos dijimos las cosas que deberíamos habernos dicho”, ha afirmado el director) que surgen tras la muerte de un padre.

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Presentada a concurso en el Festival de Cine Europeo de Lecce (del 17 al 21 de abril), Fear of Falling está protagonizada por Tomek (Marcin Dorociñski), un treintañero con una prometedora carrera como periodista de televisión y a punto de convertirse en padre. Un día recibe una llamada del hospital psiquiátrico, donde se encuentra ingresado su padre (Krzysztof Stroiñski), al cual no ve desde hace años. Tomek decide llevarlo a su casa y encargarse de él, en contra de la opinión de sus familiares. Esto desencadenará una montaña rusa de idas y venidas al hospital, ataques de rabia, televisores que vuelan por la ventana y silencios forzados: una tensa relación, al limite con la locura, que parece atrapar al propio Tomek (habla solo, sube el volumen de todos los televisores de una tienda de electrodomésticos, guarda silencio en el telediario que presenta), como si la locura del padre pudiese convertirse en un estilo de vida que imitar.

“La historia de un amor extraño. El de un hijo hacia su padre, el amor de dos personas cercanas pero que no lograr dar con la manera de estar juntos”, según las palabras del director. Entre oníricos flashbacks en un bosque, imágenes de viejas películas de familia rodadas en Super 8 y la fría luz que ilumina los grandes edificios de la periferia de Varsovia, a los que se contrapone los soleados montes de Tatra, donde padre e hijo hacen su última excursión juntos, sale a la luz el tema de la herencia genética. Los hijos de personas esquizofrénicas tienen muchísimas posibilidades de sufrir esta misma enfermedad. Tomek, que comienza a mostrar los primeros síntomas, pregunta a su esposa si realmente quiere tener ese hijo con él. Un doloroso camino en busca de la propia identidad, donde el miedo a caer que da título a la película, el miedo a vivir, a afrontar los retos de cada día, no desaparece jamás. Como tampoco lo hace la certidumbre del vínculo indisoluble que nos une con quien nos ha dado la vida.

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(Traducción del italiano)

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