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VENICE 2014 Orizzonti

Quentin Dupieux se divierte haciendo Reality

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- VENICE 2014: La última comedia absurda del creador de Rubber ha sido presentada como parte de la sección Orizzonti de la 71ª edición del Festival de Venecia

Quentin Dupieux se divierte haciendo Reality

No había dudas de que el polifacético Quentin Dupieux (conocido como Mr Oizo en la música) no iba a dejar pasar mucho tiempo desde su segundo largometraje, Rubber [+lee también:
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, que se ha convertido en una película de culto internacional en la escena bizarra, donde enmarcó su debut Steak [+lee también:
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(2007), su única película hasta ahora íntegramente en francés. Durante el último año, Dupieux ha firmado dos largometrajes rodados en EE. UU.: Wrong Cops [+lee también:
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, su obra más “convencional” hasta la fecha, rodada en inglés, y Reality [+lee también:
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, una coproducción franco-belga con diálogos mezcla de francés e inglés ambientada en una California retro-kitsch repleta  de anacronismos.

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Las comedias de Dupieux siempre se mueven muy cerca del absurdo y poseen ideas geniales. En Reality (el nombre de una de las protagonistas), Jason (Alain Chabat) es un cámara de televisión que sueña con dirigir su primera película de terror. Cuando presenta su idea al productor Bob Marshall (Jonathan Lambert), éste accede a hacerla con la condición de que encuentre en tan sólo 48 horas a una protagonista capaz de hacerle ganar un Oscar. La búsqueda de Jason se convierte poco a poco en una pesadilla en la que el joven puede perder por completo la razón.

El reparto al completo, ya sea americano o francés, raya a un gran nivel y Dupieux posee una habilidad tarantinesca para la creación de personajes. Sin embargo, Reality sólo tiene sentido si se enmarca dentro de la obra del realizador. Su tono desencantado no decepcionará a sus seguidores, que encontrarán de nuevos los elementos sin sentido, la fotografía casi al nivel de Hollywood y una cierta dosis de inteligencia de la escritura, todo ello aderezado por una banda sonora de música electrónica que recuerda a las primeras películas de John Carpenter. 

Dupieux mueve su historia a una velocidad vertiginosa y no deja lugar para la perfección. Ensaya algo poco antes de abandonarlo para hacer otra cosas. Más allá de la existencial historia, que desde una cierta distancia podría recordar a la obra de David Lynch, lo que queda es por desgracia una película completada de manera torpe a través de las historias oníricas, en las que la estructura sigue una lógica distinta. La división de los personajes y la mezcla de tiempos y realidades distintas son perfectamente aceptables en sí, pero cuando se disponen sin orden ni concierto lo único que hacen es crear un conjunto de sketches, a veces muy divertidos, que debilitan una obra homogénea con un sentido bien estudiado.

Reality tiene un final decepcionante (en realidad, no lo tiene para nada). A pesar de que el director insiste en que éste era precisamente su objetivo, ello no significa que el espectador no tenga derecho a recibir algo un poco más cuidado, que posiblemente la habría convertido en su mejor película hasta la fecha y en una comedia inteligente y lograda (aunque sin tomarla demasiado en serio).

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(Traducción del francés)

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