10/09/2014 - VENECIA 2014: Tres hermanas solteras se aferran desesperadamente al pasado en la nueva cinta de Suha Arraf

Juliette (Nisreen Faour), Violet (Ula Tabari) y Antoinette (Cherien Dabis) son tres hermanas que tienen un miedo en común: el miedo al cambio y al tiempo. Ellas han creado un microcosmos dentro de la gran casa en la que viven. Como resultado de su resistencia, el tiempo se ha paralizado en Villa Touma por más de 30 años, hasta que un día, su sobrina, Badia (Maria Zreik), deja el orfanato donde creció, para ir a vivir con ellas. 

Apresuradamente, las tías intentan convertir a Badia en una habitante perfecta para su pequeño mundo, enseñándole francés y trayéndole un profesor de piano. Pero la joven les hace ver que ella es una pieza del rompecabezas que simplemente no encaja dentro del hueco que sus tías quieren llenar. Por lo tanto, las tías se pronen una meta en común: casar lo más pronto posible a Badia con el hombre perfecto para ella. Pero al no encontrar ningún candidato digno de ella, la desesperación invade a las hermanas. Y, como dicen ellas: “A tiempos de desesperación, medidas desesperadas…” 

El segundo largometraje de Suha Arraf, Villa Touma [+lee también:
tráiler
ficha de la película], que se estrenó en la Semana Internacional de la Crítica del Festival de Venecia, trata acerca de la imposibilidad de resistirse al cambio. Mientras la tía Juliette intenta enseñarle a Badia costumbres y modales pasados de moda, la tía Violet ignora el cambio al evitar mirarse en el espejo. La tía más joven, Antoinette, parece ser la única de las tres, que llega a comprender que resistirse al tiempo y al cambio es un esfuerzo inútil. Badia le pregunta por qué no se fue con el hombre que ella amaba cuando éste dejó el país; Antoinette, sólo se queda callada: el miedo a ese mundo moderno y desconocido es un sentimiento que ella y sus hermanas tienen muy arraigado. 

Las actuaciones en Villa Touma son entretenidas y convincentes, y dan vida a personajes muy fuertes; las tres tías, interpretadas por Faour, Tabari y Dabis, parecen como si vinieran de un cuento de hadas, igual que Badia, en su papel similar al de una princesa. Sin embargo, Villa Touma es un cuento de hadas con un trasfondo inquietante, que no augura una buena conclusión.   

El filme dio mucho de qué hablar en debido a que es una película palestina financiada con recursos israelíes. Próximamente, Villa Touma viajará a Canadá para proyectarse en el Festival Internacional de Cine de Toronto.

(Traducción del inglés)