26/09/2014 - Esta ópera prima de la joven realizadora danesa Anna Sofie Hartmann deja en el espectador una profunda marca

La sección Nuev@s Director@s de San Sebastián ha descubierto un nuevo talento del cine europeo en la ópera prima de la danesa Anna Sofie Hartmann, Limbo [+lee también:
tráiler
ficha de la película],cuyo estreno mundial ha sido acogida con división de opiniones. Sin embargo, no se puede negar que la joven directora, afincada en Alemania, posee un talento único, cuyo acercamiento mezcla asuntos íntimos y personales con aspectos casi banales de la vida cotidiana. 

La historia está ambientada en una pequeña población danesa llamada Nakskov, en la que un grupo de estudiantes de instituto está preparando la representación de Antígona. Poco a poco, el director concentra su atención en Sara (Annika Nuka Mathiassen), una inteligente y atractiva estudiante que ayudará a su profesora Karen (Sofia Nolsø) a pintar su apartamento.

Karen llega de un lugar pequeño, en concreto la isla Tórshavn, en el archipiélago de las Faroe, y éste es el punto de partida de su relación. Al cabo de poco tiempo se hará evidente que Sara siente una atracción hacia su profesora y en su segunda visita le confiesa que está enamorada de ella. Karen rechaza la idea como un simple capricho.

Mientras tanto, la vida en el pueblo y dentro de la clase sigue su camino. Entre escenas en las que un grupo de estudiantes habla sobre las implicaciones morales de los libros que están leyendo, Hartmann incluye secuencias en estilo documental de la fábrica de azúcar del pueblo. Mientras los estudiantes hablan mientras esperan sus kebabs o pizzas tras una noche de fiesta, los cocineros que las están haciendo conversan del mismo modo, aunque en sus propias lenguas (sin subtítulos).

El último tercio de la película, que comienza tras un giro crucial absolutamente inesperado, presentado de una manera fría y objetiva, prosigue en el mismo estilo, aunque en este caso en torno a Karen. Puede resultar fascinante o frustrante, dependiendo del ánimo o los gustos del espectador, por lo que no es ninguna sorpresa que tanto el público como la crítica mostró opiniones muy distintas. 

A pesar de su nada memorable título, Limbo es una obra muy original tanto en su forma como en su acercamiento. Se trata de una producción que lentamente deja su marca en el espectador, que recibe una marca más profunda que fuerte, que crece en mayor medida tras la visión de la película que durante ella.

Limbo ha sido realizada gracias a las instalaciones de la escuela de Hartmann, Deutsche Film- und Fernsehakademie Berlin, que posee asimismo sus derechos de distribución.

(Traducción del inglés)