Os Gatos Não Têm Vertigens: soledad rima con solidaridad
por Vitor Pinto
- La veterana Maria do Céu Guerra protagoniza la nueva película de António-Pedro Vasconcelos
Maria do Céu Guerra es una de las más reputadas actrices portuguesas; una reputación que se construyó sobre todo en el teatro, lejos de las pantallas de televisión y de cine. Ahora, a los 71 años, y después de muy pocas incursiones en el séptimo arte, la actriz consigue por fin un gran papel en el cine, como si su personaje en Os Gatos Não Têm Vertigens, que estrena esta semana, fuera un traje hecho a la medida de su talento.
En la película, la actriz se lanzó con garra a la construcción de Rosa, una viuda que intenta engañar a la soledad hablando con el fantasma de su marido (Nicolau Breyner), recién fallecido. Un día, esa soledad se rompe cuando ella descubre a Jó (João Jesus) durmiendo en la terraza de su piso. Jó tiene 18 años y su problemático padre le acaba de expulsar de casa. Rosa decide albergarlo y entre los dos nacerá una intimidad que perturbará a todo el mundo… menos a ellos dos.
El director António-Pedro Vasconcelos se mueve con soltura en varios géneros. Sus dos últimas películas fueron el thriller Call Girl [+lee también:
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ficha de la película] (2007) y la comedia romántica A Bela e o Paparazzo (2010). Con Os Gatos Não Têm Vertigens vuelve con una cinta con conciencia social, algo que ya le había interesado en 1999 cuando rodó Jaime, con el trabajo infantil de fondo.
Ahora lo hace filmando una previsible – pero no por eso menos enternecedora – historia de complicidad en tiempos de crisis, que la campaña de promoción intenta vender como una especie de Harold y Maude portuguesa.
Con un eficaz guion de Tiago Santos, la película es en realidad un relato de soledad en la tercera edad y de solidaridad intergeneracional. En los años de la dictadura, el personaje de Rosa fue arrestada y torturada por la policía del régimen. Ahora, más de 40 años después, esa mujer encarna en su cuerpo envejecido todos los ideales de libertad y solidaridad de la Revolución de los Claveles y, ayudando a Jó, lo que hace es cumplir esos mismos ideales a un nivel personal; ideales que 40 años de democracia no lograron cumplir completamente a nivel social.
Al lado de la majestuosa Maria do Céu Guerra surge una nueva promesa, João Jesus, de 23 años, totalmente creíble en su transformación de marginado en joven autor con talento. La complicidad de los dos intérpretes lleva a buen puerto una película que apunta el camino del altruismo para que el mundo se convierta en sitio menos injusto.
Producida por Tino Navarro para MGN Filmes, Os Gatos Não Têm Vertigens llega a las pantallas en un mes atípico para cine portugués, en el que se ha registrado el estreno de nada menos que cinco largometrajes nacionales. Después de Os Maias [+lee también:
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ficha de la película], Alentejo, Alentejo, I Love Kuduro and Os Gatos Têm Vertigens, la quinta es la experimental Lacrau de João Vladimiro, que también se estrena esta semana en un cine de Lisboa.
Navarro, que produjo Sei Lá [+lee también:
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ficha de la película], el título nacional más visto del año hasta ahora, espera que Os Gatos Não Têm Vertigens también no deje el público indiferente.
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