21/05/2015 - CANNES 2015: Robert Guédiguian lleva la lucha por la justicia a la gran pantalla en su nueva película, presentada en sesión especial

Con su proyección de Une Histoire de fou [+lee también:
tráiler
ficha de la película], en el 68º Festival de Cannes, Robert Guédiguian ha regresado al festival con su característica visión anti imperialista y de izquierdas del mundo. También ha traído consigo un reparto formado por aguerridos actores como Ariane Ascaride, Lola Naymark, Simon Abkarian y Grégoire Leprince-Ringuet. Muchos de ellos ya han compartido trinchera con el director en repetidas ocasiones.

Juntos han estado aplicando su dominio académico del cine a temas cada vez más espinosos, y esta vez van especialmente lejos. Esta producción francesa, que comienza el 15 de marzo de 1921, se abre en blanco y negro con una colosal partida de ajedrez entre dos hombres. Entonces aparece una cita del escritor israelí David Grossman que proyecta en la pantalla una creencia muy propia del cineasta: que los momentos más importantes de la historia tienen lugar en las cocinas y los pasillos del ámbito doméstico, no en los campos de batalla.

Segundos más tarde, un hombre yace en el suelo. Su cerebro sale a borbotones de su cabeza tras haber recibido un disparo. Acabamos de presenciar el asesinato de Taalat Pasha, criminal de guerra otomano de la Primera Guerra Mundial. En el Berlín de entreguerras, Taalat había logrado postergar su castigo por instigar la exterminación de 1,5 millones de armenios cristianos, pero acaba siendo ajusticiado a manos del “vengador” armenio Tehlihrian. A continuación se suceden una serie de escenas agradables, breves y cargadas de retórica que recuerdan a Senderos de gloria. 

Esta parte del filme (tal y como el título inglés podría sugerir) es un argumento convincente sobre la dimensión metódica de la locura de Tehlihrian. Después de todo, el tribunal de la historia ha declarado inocente a Tehlihrian, y su puesta en libertad atrajo la atención mundial sobre los armenios. Sin embargo Guédiguian pronto salta a un tramo de historia de los setenta y ochenta (marcado por el paso definitivo al color). Y el significado del título francés, Une Histoire de Fou ("Una historia de locos"), cobra aquí todo su sentido. 

El director empieza a mostrar cómo los movimientos de diáspora surgidos del genocidio tienden siempre a la locura y cómo, tras un periodo de calma, un terrorismo armenio más indiscriminado empieza a separar a las familias. La película se centra en las familias del “luchador por la libertad” Aram y de Gilles, víctima francesa inocente (inspirado libremente de José Gurriaran), planteando todo tipo de preguntas relevantes y actuales sobre el derecho a luchar por la identidad personal y étnica. 

El resultado es un intento deliberado por parte de Guédiguian (de origen armenio) de explicar con convicción estos horrores. También sugiere que la única manera de que esta cicatriz global se cure es a través de un proceso de concienciación sobre lo sucedido y un esfuerzo por entenderlo. Un mensaje que debería llegar a los espectadores que, como Cannes este año, están decididos a plantear problemas sociales de peso con franqueza.

Une Histoire de fou está producido por AGAT Films & Cie, en coproducción con France 3 Cinéma y Aly Productions. MK2 se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)