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VENECIA 2015 Fuera de competición

Non essere cattivo: el testamento de Claudio Caligari

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- VENECIA 2015: Llega el tercer y último largometraje de este director fuera de lo común, autor de la obra ya de culto Amore tossico, fallecido el pasado mes de mayo

Non essere cattivo: el testamento de Claudio Caligari
Luca Marinelli en Non essere cattivo

Non essere cattivo [+lee también:
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constituye el testamento artístico de Claudio Caligari, fallecido el pasado 26 de mayo, poco después de haber completado el montaje del film. Caligari era el clásico director idiosincrásico y al margen de todo y, al mismo tiempo, un autor de culto desde que en 1983 presentara, precisamente en el Lido, su Amore tossico.  

La Mostra del Cine de Venecia le ha rendido hoy homenaje con la proyección fuera de concurso de una película que tranquilamente podría haber formado parte de la competición por su fuerza expresiva. La cinta nació gracias al empeño del actor Valerio Mastandrea, que hasta hizo un llamamiento a Martin Scorsese. Mastandrea consiguió llevar a Caligari tras la cámara y que produjeran el resultado Kimera FilmTaodueLeone Film y Rai Cinema (mañana lo estrena en cines en Italia Good Films).   

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Aunque Amore tossico se cita explícitamente en la apertura, Non essere cattivo no empieza donde terminó el primer largometraje del director de Arona. Constituye más bien la continuación, su compleción necesaria. Las noches traviesas de dos pequeños camellos de arrabal, amigos íntimos, en la Ostia de 1995 derivan directamente de las largas jornadas pasadas por el grupo de drogodependientes entre Roma y el litoral de Ostia para procurarse sus dosis a principios de los años 80. 

A los protagonistas Cesare y Vittorio los interpretan de manera excelente los dos jóvenes actores Luca Marinelli (La soledad de los números primos [+lee también:
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ficha de la película
]
) y Alessandro Borghi, acompañados en pantalla por las notables Silvia D'Amico y Roberta Mattei. Caligari los guía en el infierno de las pastillas de éxtasis, frenéticas carreras en coche, peleas en discotecas, pequeños delitos y amistades equivocadas. Los ojos desquiciados, fuera de sus órbitas, presas de las alucinaciones. Hasta que Vittorio no dice basta, deja a una chica enganchada por una niña que es madre y se pone a trabajar en la construcción. Cesare no consigue, por su parte, salir de la espiral. Su amigo trata de ayudarlo, en vano.  

El nombre de Pier Paolo Pasolini no se acomoda difícilmente en el cine de Caligari porque las ambientaciones, los lugares, el lenguaje, los sueños y las frustraciones de estos chicos de barrio son las mismas que los de las obras literarias y cinematográficas del maestro italiano, si bien bastante más actualizadas. Como Pasolini, Caligari mantiene una mirada de verdadero afecto. Se ríe y nos conmueve con esta "historia de amor puro", como la ha definido Valerio Mastandrea, que acompaña la película en el festival. "Echaré mucho de menos el cine de Claudio Caligari", afirma, “con esos temas que son los mismos que los de Martin Scorsese, Brian De Palma, Francis Ford Coppola…”

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(Traducción del italiano)

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