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BERLINALE 2016 Forum

Posto avançado do progresso: el pasado alucinado

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- BERLÍN 2016: El portugués Hugo Vieira da Silva enfrenta la absurda empresa del colonialismo a la libertad narrativa, la ensoñación visual, las referencias al cine mudo y, claro, el absurdo

Posto avançado do progresso: el pasado alucinado
Nuno Lopes e Ivo Alexandre en Posto avançado do progresso

El nuevo cine de autor portugués sigue de enhorabuena. Tras colocarse en lo más alto de los festivales de todo el mundo (gracias a nombres como los de Miguel Gomes o João Pedro Rodrigues), la vertiente más libre, inventiva y gozosa de una cinematografía tan pequeña como satisfactoria nos entrega otra viva mirada al pasado de su país. En un tono radicalmente opuesto al de Cartas da guerra, que compite por el Oso de Oro, Posto avançado do progresso [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
se plantea el colonialismo portugués en África. El espíritu juguetón y rompedor del tercer largometraje del cineasta Hugo Vieira da Silva, producido por el irrefutable Paulo Branco (a través de Alfama Films y Leopardo Filmes, junto a República Filmes), ha hecho las delicias de la sección Forum de la 66ª Berlinale.

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Es la historia de dos oficiales colonos la que seguimos en él, la del apuesto y serio João de Mattos (Nuno Lopes) y el despreocupado Sant’Anna (Ivo Alexandre), adaptada de la novela corta homónima de Joseph Conrad. Ambos son enviados a un establecimiento comercial de marfil en el medio de la jungla del Congo, conectado por los barcos de vapor que remontan el río homónimo. La razón de su llegada es el fallecimiento del anterior encargado del puesto, y la responsabilidad de mantenerlo en funcionamiento, aunque los esclavos (a quienes João se resiste a llamar como tal) no estén mucho por la labor. El marfil escasea y también el interés de conseguirlo, los sirvientes se relacionan con desdén y sarcasmo con los portugueses (“llámame Juana de Austria”) e incluso sufren ataques de un grupo de hombres de la zona.

En una situación como esta, los ánimos de los colonos (o mundeles, como son denominados por los nativos: personas blancas, cuyo color les hace parecer haber vuelto de entre los muertos) se ven alterados hasta sus últimas consecuencias. Sant’Anna se abandona al aguardiente e intenta conectar con los nativos, dando lugar a entrañables y amables escenas; y de Mattos pronto sucumbe a la malaria, que lo hace atravesar duros pasajes de sufrimiento, un extrañado intento de sexo con una nativa para ayudarle a recobrar la energía y algún que otro delirio.

Las ensoñaciones son, precisamente, una de las herramientas más vistosas que utiliza Vieira da Silva. Ya sean provocadas por el alcohol, la enfermedad o la simple locura generada por el retraso del barco de vapor, es en ellas en donde Posto avançado do progresso da rienda suelta a su imaginación, llegando a entrar de lleno en el absurdo. Encuentros con personalidades de la era colonialista portuguesa (por ejemplo, António Francisco da Silva Porto), conversaciones con chillidos de monos que presentan a nativos vestidos como la nobleza europea de épocas anteriores y una impagable interacción con “el hombre leopardo”. La cinta se sirve de intertítulos, subtítulos e incluso dibujos para representar todo esto, contrastándolo con la exuberancia selvática de las imágenes compuestas por su director de fotografía, Fernando Lockett. Imágenes que van desde los delicados primeros planos de las plantas o los colonos bañándose en el río hasta las deformaciones neblinosas de los pasajes imaginados, alcanzando su cénit en un estupendo homenaje al cine mudo (música incluida) en una cómica persecución entre ambos personajes.

Hugo Vieira da Silva ha firmado un sugestiva viaje a una jungla alucinada, a través de una película también alucinada, que da buena cuenta de su innegable capacidad creativa.

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