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PELÍCULAS Francia

50 primaveras: retrato optimista de una ardua transición

por 

- Blandine Lenoir firma una película entrañable, graciosa y trabajada sobre una mujer de 50 años en pleno proceso de cambio y con una gran interpretación de Agnès Jaoui

50 primaveras: retrato optimista de una ardua transición
Agnès Jaoui en Aurore

“Tengo miedo de ser vieja y pobre y estar sola; la pobreza y la soledad tienen arreglo, pero la vejez es otra cosa, hay que acostumbrarse”. A la heroína quincuagenaria de 50 primaveras [+lee también:
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, segundo largometraje de Blandine Lenoir tras la aclamada Zouzou [+lee también:
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(2014), le cuesta mucho hacerse a esta nueva etapa de su vida. Sirviéndose de esta situación inestable —la asunción de los límites fisiológicos, las discriminaciones del mundo laboral contra los mayores, las angustias psicológicas y emocionales del envejecimiento—, la realizadora teje con humor el encantador retrato de una mujer y madre que se resdescubrirá a sí misma en medio de las dificultades. Estrenada hoy en los cines franceses de la mano de Diaphana, la película brinda además la oportunidad a Agnès Jaoui de demostrar todo su talento interpretando a esta cincuentona trastornada, que vacila entre el rechazo y la aceptación del futuro y que trata de reavivar a la niña ilusionada que todavía lleva dentro.

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“¡Estoy muerta de miedo!”. Aurore tiene, innegablemente, motivos para estresarse. Ha agotado sus provisiones de ovocitos y la menopausia ha irrumpido en su cuerpo, con sus irritantes sofocos (como le dice su médico, “hay que tomárselo con filosofía; después de los 30, vamos cuesta abajo, todo eso no tiene remedio”); su trabajo de camarera cambia por completo cuando llega un nuevo jefe, apasionado por el espíritu juvenil y los anglicismos y empeñado en llamarla Samantha (“¡así por lo menos soñamos un poco!”); su hija mayor Marina (Sarah Suco) le anuncia que pronto será abuela, y la pequeña, Lucie (Lou Roy-Lecollinet) planea seguir a su novio y mudarse a Barcelona. Y como su marido se marchó a rehacer su vida en otro lugar hace bastante tiempo, a Aurore le atormenta la soledad de la casa, el paro, un desierto sentimental y las perspectivas poco halagüeñas del envejecimiento. 

Pero esta fase de crisis, llena de nostalgia por los recuerdos de juventud (y de madre joven), también será una fase de regreso a la pasión adolescente con su primer amor, Totoche (Thibault de Montalembert), así como la oportunidad de establecer lazos de solidaridad con las mujeres que la rodean, sobre todo con su mejor amiga, Mano (Pascale Arbillot). Una especie de renacimiento a la fuerza y una búsqueda de la autoestima perdida: una aventura salpicada de vacilaciones y abordada con amabilidad por una directora (coguionista del film junto con Jean-Luc Gaget) que logra alternar con precisión y sin pretensiones los momentos conmovedores y las secuencias puramente cómicas, aproximándose así con dulzura, elegancia y un razonable optimismo al tema existencialista y universal de un umbral vital difícil de atravesar.

Producida por Karé Productions, 50 primaveras es vendida internacionalmente por Be for Films. La película ya ha sido adquirida por España (Surtsey Films), Suecia (Folkets Bio), Benelux (Athena Films), Polonia (Canal+/Ale Kino+), Hungría (Cirko), Grecia (One From the Heart), Canadá (Axia) y China (Beijing Efida), y disfrutará de dos proyecciones en el Marché du Film del 70º Festival de Cannes (17-28 de mayo).

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(Traducción del francés)

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