25/09/2017 - SAN SEBASTIÁN 2017: La directora y actriz zuriquesa Lisa Brühlmann presenta su intrigante primer largometraje en la sección Nuev@s Director@s del Zinemaldia

Tras cosechar una rica experiencia como actriz y recientemente un premio a la dirección en la Zürcher Hochschule der Künste, Lisa Brühlmann arranca su andadura en el cine de ficción con una película muy personal que se desliza progresivamente hacia lo sobrenatural, dejando al espectador atónito ante el desarrollo de los acontecimientos. Provocadora y refrescante es Blue My Mind [+lee también:
tráiler
entrevista: Lisa Brühlmann
entrevista: Luna Wedler
ficha de la película], un largometraje proyectado en la sección Nuev@s Director@s del festival de San Sebastián que nos obliga a revisar nuestro concepto de “normalidad” y nos anima a jugar con fuego en compañía de la joven y resolutiva Mia (Luna Wedler), protagonista del film.

“¡Lo tienes todo, santo cielo!” grita al principio de la película el padre de Mia, reprendiéndola por el enésimo estallido de rabia contra su madre. ¿Pero qué es “todo”? Esta es justamente la cuestión en torno a la cual tiene lugar la metamorfosis de la protagonista de Blue My Mind: una quinceañera encarcelada en un cuerpo, en una casa y en una sociedad que no le corresponden pero de las que es incapaz de liberarse. Está claro que a escala material nada le falta: la periferia rica y en ciertos aspectos asépticas a la que acaban de mudarse sus padres parece funcionar como un circuito cerrado. Pero en lo profundo, en los abismos de su cuerpo en plena mutación, ¿de veras lo tiene todo Mia?

Como un volcán en erupción, la protagonista de Blue My Mind parece moverse en piloto automático, llevada por un instinto cada vez más incontrolable, como hipnotizada por su propio coraje. Decidida a meterse dosis masivas de alcohol y prestarse a encuentros ocasionales convertidos en rutina, Mia se precipita cada vez más, determinada en su decisión de correr hasta perder el aliento con tal de alejarse del camino ya trazado hasta el horizonte. Sin embargo, una vez tocado el fondo, ¿de dónde sacará el coraje para volver a la superficie? ¿Y si la redención estuviese justamente en el abismo?

Los poderosos contrastes empleados por Lisa Brühlmann para filmar los rostros de sus protagonistas (a menudo mostrados a contraluz, casi ennegrecidos o, al contrario, iluminados hasta la ceguera) pone de manifiesto la violencia incontrolable que los habita. Rebeldes contra una lógica del compromiso que parece invadir todo su día a día mediante los actos de los adultos que los rodean, Mia y sus compañeros tienen hambre de extremos. No hay término medio: lo que les hace vibrar es el riesgo, un reclamo casi animal que mantiene compacto el relevo de adolescentes.

Por un lado, los adultos tratan de racionalizar verbalmente las situaciones; interesantísima es, a este respecto, la escena en la que Mia conoce a un treintañero a través de un chat que intentará discutir con ella, en vano. Por otro, es justamente mediante el cuerpo como se expresan los protagonistas de Blue My Mind. Semejante diálogo entre sordos nos hace meditar sobre esa parte de nosotros, tal vez la más verdadera y misteriosa, que la edad adulta ha arrancado. “Querría poder ponerlo todo en pausa para siempre. ¡Sería tan guay!” dice una amiga a Mia mientras reposa sobre sus pierna durante una fiesta improvisada. Sin embargo, toca avanzar, tratando de sacrificar lo menos posible los propios instintos. O bien, como Mia, uno puede negarse a sacrificar hasta el más mínimo instinto y preferir un exilio metafórico en los profundos abismos antes que el dolor por una traición. Una película epidérmica a cargo de una cineasta a flor de piel.

Blue My Mind es una producción de la Zürcher Hochschule der Künste junto con Tellfilm GmbH, Schweizer radio und Fernsehen y SRG SSR. Be For Films gestiona sus ventas internacionales.

(Traducción del italiano)