24/11/2017 - La ópera prima de la comediante Mercedes Grower obtuvo una mención especial en el Festival Internacional de Cine de Edimburgo y está actualmente en salas del Reino Unido

Terminar una relación es difícil, pero puede ser muy divertido. Ese es el mensaje principal de Brakes [+lee también:
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entrevista: Mercedes Grower
ficha de la película], la película de Mercedes Grower, que narra una historia en el orden inverso. La película comienza por la segunda parte de la historia, en la que se muestra cómo se separan ocho parejas. A continuación, se narra la primera parte de la historia, que es mucho más corta y muestra cómo las personas de cada una de estas parejas disfuncionales se conocieron por primera vez.

Es una comedia dramática sorprendente, que tiene el mismo aire despreocupado y casual de los programas de sketch británicos. Además, aquellos fanáticos de The Mighty Boosh se podrán deleitar con las participaciones de Julian Barratt y Noel Fielding. La mayor parte de la trama de la película fue improvisada, incluyendo el trabajo de cámara, que combina MiniDV, Skype y filmación HD. Esto provoca en el espectador la sensación de estar mirando una grabación encontrada y de tener la oportunidad de espiar dentro de las vidas privadas de los protagonistas, que fueron filmados accidentalmente.

Cada escena se centra principalmente en una pareja: Barratt y Oliver Maltman aparecen juntos en escena en un pequeño arenal al lado del río, en la costa sur del Támesis. Ambos toman cucuruchos de helado mientras hablan sobre tener sexo ocasional; Roland Gift y Kerry Fox interpretan a una pareja que dialoga en un piso de Marylebone sobre la relación apasionada que mantienen juntos; a Julia Davis le surge una audición inesperada para Macbeth; y Noel Fielding corretea por la nieve con unos pantalones de fútbol verdes y muy cortos, mientras que Grower interpreta a su antagonista.

La película tiene altibajos, al igual que las relaciones de las parejas; es decir, cada vez que la trama se centra en una pareja cuya relación no es muy interesante, inevitablemente la película decae. Sin embargo, afortunadamente, más de la mitad de las parejas que aparecen en la película resultan interesantes. La película puede ser desconcertante para un determinado público, debido a que utiliza una estética desagradable y fue filmada en distintos formatos digitales en el transcurso de cuatro años. Sin embargo, la forma coincide con el contenido, ya que las imágenes son inconsistentes, poco nítidas e impredecibles, al igual que las relaciones mismas.

Grower saca provecho del aspecto de documental que tienen las grabaciones con cámaras digitales, y en particular, de la última tecnología, para lograr una sensación de realismo. Este realismo también está presente en el aspecto emocional de la película. A pesar de tener algunos pasajes cómicos y otros extremadamente melodramáticos, este largometraje logra narrar situaciones sentimentales reales a través de diálogos e interacciones auténticas, por momentos tan incómodas, que se parecen a esos recuerdos que uno intenta reprimir. Muchas de sus escenas se vuelven incómodas porque analizan los conflictos que existen en muchas relaciones humanas. La autenticidad de los actos la diferencian de otras películas de la productora Working Title, en especial la sentimental Love Actually [+lee también:
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ficha de la película], que podría considerarse la hermana mayor sensible de esta vándala rebelde y deshonesta.

Al no contar con financiamiento, la película de Grower fue autofinanciada hasta que recibió una pequeña subvención del British Film Institute, y actualmente Bulldog Film Distribution la está llevando a los cines en el Reino Unido.

(Traducción del inglés por David Aquino)