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BERLINALE 2018 Forum

Crítica: Con el viento

por 

- BERLÍN 2018: El debut de Meritxell Colell Aparicio habla de reencuentros con el pasado en un escenario rural donde los silencios y los pequeños gestos son elocuentes

Crítica: Con el viento

Entre Buenos Aires (Argentina) y la región de Las Loras –Burgos y Palencia- (España) transcurre la acción de Con el viento [+lee también:
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, primer largometraje de ficción dirigido por la hasta ahora montadora, documentalista y docente cinematográfica Meritxell Colell Aparicio (y presentado en la sección Forum de la Berlinale), siguiendo la peripecia personal de su protagonista, encarnada por la coreógrafa Mónica García. De un lugar a otro se traslada cuando recibe la llamada que le anuncia que su padre está muy enfermo: cuando llega a su pueblo, descubre que el hombre acaba de morir y sentirá todo un vendaval de emociones, las que produce reencontrarse con la familia, el pasado y el escenario que nunca dejará de estar en su memoria.

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Con el viento retrata a la perfección ese paisaje rural poco habitado, tan reconocible para aquellas personas nacidas o criadas en un pueblo: las vecinas que acuden al velatorio, las partidas de cartas entre mujeres, el campo azotado por las inclemencias climáticas, la soledad y el viento, siempre presente. También los silencios, la parquedad comunicativa de las personas y cómo los pequeños detalles, los mínimos gestos, logran ir haciendo mella en las corazas de quienes un día dejaron atrás su mundo para hacerse uno nuevo muy lejos.

Que la protagonista de esta película sea una bailarina que admira a Pina Bausch sirve para, en algunas escenas de danza, éstas resulten bastante expresivas del estado de ánimo del personaje central. Esa comunicación corporal, liberadora o tensa, manifiesta la evolución del rol central, una mujer que aún tiene cuentas pendientes con su familia, de la que, de alguna manera y dada la distancia que les separaba, se desentendió. Ahora ha llegado el tiempo de aceptar que el hogar se desintegra (la venta de la casa implica más dolor del esperado), de enfrentarse a los reproches y de aceptar la culpa al tiempo que hay que agradecer el esfuerzo ajeno.

Y Colell logra transmitir todo ello con una cámara nerviosa, en las primeras escenas, luego con la quietud que exigen unos páramos azotados por la nieve, para dejar que la música del viento marque el compás de la danza vital. Entre medias, las conversaciones cómplices a voz baja, unas manos que se entrelazan o alguien que se aleja para ocultar su dolor reflejan cómo son las relaciones en ese pequeño núcleo humano llamado familia, aquí compuesto por la mencionada Mónica, Ana Fernández (Pura sangre) en el cometido de dar vida a su hermana, Elena Martín (Júlia ist [+lee también:
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) como la sobrina con ganas de volar, y la inexperta actriz Concha Canal como esa madre de 88 años, sabia, paciente y, a su modo, cariñosa en la que es fácil reconocer a una generación de mujeres curtidas en la supervivencia, la paciencia y el apego a la tierra.

Con el viento es una coproducción española, argentina y francesa producida por Polar Star Films, Habitación 1520 y Paraiso Production, con el apoyo de Eurimages, ICAA e INCAA; y la participación de Cinéfondation L’Atelier, REC, L’Alternativa y Sources 2.

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