08/09/2006

Aunque Rêves de poussière (lit. "Sueños de polvo") muestra la dura realidad de los mineros de oro burkineses, quienes arriesgan su vida cada día en precarias minas con la esperanza de encontrar la pepita de oro que les permita volver a casa convertidos en hombres ricos. A pesar del hecho de que este proyecto empezara como un documental, es, sobre todo, una ficción, una bella historia desenterrada por Laurent Salgues en un continente que ama. El público de Venice Days- Jornada de los Autores consensuó que era una de las películas más espléndidas y poéticas del Lido.

En Rêves de poussière, Salgues privilegia valientemente (no siempre es fácil conseguir productores que estén de acuerdo con planos tan largos) el poder de las imágenes y se las arregla para construir la narrativa únicamente con elementos visuales. Aquí, el descenso gradual del héroe hacia un infierno de blanco polvo se enfatiza, silenciosamente, por el contraste entre su orgullosa manera de llegar al principio y su manera de alejarse, cojeando, solo, en un paisaje desolado de donde sabe que probablemente nunca saldrá. Aquí, la idea de un estado permanente de esclavitud (para los mineros, que siempre trabajan para alguien) se insinúa con la imagen del ritmo regular de los martilleos de los trabajadores, de la misma forma en que sus antepasados remaban en las galeras. Aquí, el hecho de que los africanos vivan a menudo con sus fantasmas, queda expresado cuando la cámara queda enfocando lugares desiertos habitados un día por padres y niños que ya no están.

Como Makena Diop, actor principal, subrayó tras la proyección, "esta película respeta realmente el ritmo de la vida, constituyendo una rica narración que podría durar horas sin que el público se percatara de ello".

La ópera prima de Laurent Salgues ha sido producida por Saléis y Athenaïse productions, encargada también de las ventas internacionales. El director prometió un paseo en camello al distribuidor interesado en comprar esta película.

(Traducción del francés)