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Maysaloun Hamoud • Directora

“La hipocresía está por todas partes, no sólo en el mundo musulmán”

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- Vimos a Maysaloun Hamoud, la joven directora palestina de Bar Bahar: entre dos mundos, que llega a Italia el 6 de abril y a Francia el 12

Maysaloun Hamoud  • Directora
(© Paolo Jacob)

La directora palestina Maysaloun Hamoud tiene 35 años, nació en Budapest y creció en Dir-Hana (Israel) antes de irse a estudiar cine a la Minshar School of Art de Tel-Aviv. Su primer largometraje, Bar Bahar: entre dos mundos [+lee también:
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, llega a Italia el 6 de abril de la mano de Tucker Film y seis días después a Francia con Paname después de haber sido premiada en festivales como los de Haifa, San Sebastián y Toronto. Esta coproducción entre la israelí DBG y la francesa En Compagnie Des Lamas relata las vidas de tres jóvenes mujeres palestinas en una Tel Aviv liberal: Laila (Mouna Awa) es una abogada que a sus 30 años de edad vive desencantada a la espera del amor verdadero; Salma (Sana Jammelieh) trabaja en un bar de camarera y dj y vive su propia homosexualidad sin inhibiciones, y Nour (Shaden Kanboura) es estudiante de informática fiel a la religión islámica. Cada una de ellas chocará con la intransigencia y la intolerancia del sistema patriarcal del que provienen. Los fundamentalistas no se han tomado a bien la cinta de Maysaloun: del pueblo ultraconservador de Umm al-Fahm, en Cisjordania (citado en la película), salió una fatua sobre la joven realizadora. En Palestina, destaca ella, no sucedía algo así desde hace 70 años.

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Cineuropa: Al espectador occidental le impactará, sin duda, este estilo de vida de Tel-Aviv tan libre que llevan las mujeres árabes que protagonizan el film.
Maysaloun Hamoud: Esta visión occidental es indudablemente un estereotipo. Nosotras somos como esas chicas, queremos ser nosotras mismas, no vivir de una única forma. ¡Somos seres humanos, tan distintos uno de otro! Lo que se ve en pantalla es la vida que lleva esa generación de palestinos en Israel y no aparece representada en el cine. Yo formo parte de esa realidad, como la mayor parte del reparto del film, y lo que quería era capturar esa realidad.

En el festival de Berlín se proyectó la polaca United States of Love [+lee también:
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, de Tomasz Wasilewski. En ella, cuatro mujeres se ilusionan con poder vivir plenamente su libertad tras la caída del muro. Allí escocían los daños del comunismo y de la religión católica. En tu película también está la religión y la hipocresía de los hombres.
La hipocresía está en todas partes, no sólo en el mundo musulmán. Los religiosos quieren gobernar sobre todo en nombre de un “mundo mejor” pero usan la fe religiosa para obtener beneficios personales. Como la cinta polaca que has citado, la mía afronta un tema bastante universal; no va sólo de las mujeres árabes. Estos comportamientos y estos problemas atraviesan todo el mundo: Europa, Oriente Medio, los Estados Unidos, América latina, África… El mundo occidental puede pensar que es mejor ¡pero las estadísticas sobre las mujeres no mienten!

Entre los personajes masculinos de la película, sólo se salva el padre de la estudiante, Nour, que expresa total confianza en la hija.
En mi obra no hay hombres buenos o malos sino simplemente seres humanos que se comportan según las tradiciones de las que provienen. He mostrado una variedad de modelos del hombre árabe. No quería alimentar los estereotipos; al contrario, quería romperlos y mostrar la naturaleza humana con todos sus matices en los personajes. Algunos comportamientos con las mujeres no son una cuestión religiosa. El padre de Salma, que es un árabe cristiano, reacciona exactamente como lo haría un hebreo o un musulmán. Es una cuestión de tradición cultural.

¿Fue difícil obtener financiación del Israel Film Fund?
Soy de nacionalidad palestina con ciudadanía israelí, como el 20% de la población, y tengo derecho a recibir financiación porque pago mis impuestos, pero no es así de fácil ser cineasta o artista porque los palestinos en Israel están discriminados. Yo no tengo problemas con los judíos sino con los sionistas, que la han tomado conmigo. El productor judío de la película, Shlomi Elkabetz (Gett: el divorcio de Viviane Amsalem [+lee también:
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), fue profesor mío en Tel-Aviv y es un auténtico genio y un hombre generosa con quien mantengo una relación muy estrecha. Fue una bendición tenerlo en mi película y la combinación entre ambos fue muy potente y facilitó la obtención de financiación.

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(Traducción del italiano)

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