La película refleja el éxodo de la comunidad bereber judía que se vio obligada a abandonar el pueblo de Tinghir en Marruecos, a comienzos de los años 60. El cineasta, originario de Tinghir, recupera la memoria enterrada de estos hechos contactando con la generación que había vivido la presencia judía, hasta presentar una encrucijada de culturas en la cual resuenan los cantos, las voces y las historias de esta doble identidad que compartieron judíos y musulmanes.