Bjarte está pasando por una mala racha, ya que sus problemas crecen a la misma velocidad que su estómago: los cobradores de deudas le piden que les devuelva el dinero que les debe, su sexualmente voraz esposa es infeliz por la falta de amor en su vida y su carrera está a punto de venirse abajo. Bjarte se alía con un par de matones estúpidos y traza un plan que utiliza los amaños en las apuestas y el tranquilizante para caballos. Sin embargo, como cabe esperarse, las cosas no suceden como había previsto.