Ahmad es un albañil que ha usado el anticipo de un cliente para ayudar a un primo a comprar y luego vender diez portátiles de Canadá. Los portátiles se quedan en la aduana, y el primo no los recibe a tiempo. Como resultado, Ahmad no puede devolver el dinero a su cliente, y acaba sentenciado a tres meses de prisión. Una vez dentro, nuestro héroe se siente inicialmente perdido y asustado. Es un padre de familia, y la situación es completamente extraña para él. Comparte una celda grande, tipo dormitorio compartido, con otros diez reclusos. Pero en realidad no hay ningún individuo peligroso en la cárcel (es una prisión reservada para sentenciados por fraude), y no tarda en adaptarse. Ahmad entabla una amistad con Mor, que regenta una especie de supermercado en la prisión, vendiendo cigarrillos y toda clase de productos a sus compañeros de celda.