Conmovido por el descubrimiento de las imágenes tomadas por su abuelo en los años 60 en Auzat, un pequeño pueblo de Auvernia, el director se siente atrapado por el deseo de volver a sus raíces. A su vez, 50 años después, toma una cámara y va al encuentro de las mujeres y hombres que viven en el Auzat de hoy. Allí es recibido por Bernard, un agricultor retirado que conoció bien a su familia. Descubre un pueblo transformado, rico en diversidad que intenta responder a los desafíos de nuestro tiempo, a la vez que preserva la riqueza de su patrimonio natural y cultural.