Carolina y su hermana Sarah tienen poco más de veintitantos años. Carolina se ha visto obligada a dejar a su novio infiel y de repente se encuentra perdida en una ciudad que le es extraña. El único lugar en donde puede pasar la noche es con su hermana con quien no se lleva nada bien. Sarah le ofrece cortésmente una minúscula habitación en su piso y decide ayudarla a encontrar el hombre perfecto. Carolina no está muy segura de que esto sea posible pero su hermana asegura que es facilísimo. A Carolina le van sucediendo una serie de encuentros tan penosos como cómicos con toda clase de personas variopintas. Pero al final, lo que realmente encuentran las dos hermanas es a sí mismas.