Marsella, julio de 1905. El joven Marcel Pagnol acaba de finalizar la escuela primaria. Dentro de tres meses, irá al "instituto". Tres meses... toda una eternidad a esta edad. ¡Por fin han llegado las vacaciones, las de verdad, las más largas! Originario de la ciudad, la tan esperada vuelta a sus queridas colinas de Aubagne, las que aparecen en La Gloire de mon père y en Le Château de ma mère, le llenan de gozo. Allí va a disfrutar de la naturaleza, de los espacios abiertos y sobre todo, de su amiga Llili, con quien siempre va a compartir nuevas aventuras, a una edad en que la despreocupación deja tiempo para los secretos.