10/08/2010

René Wolf es el director de compras del EYE Film Institute Netherlands, antigua Filmmuseum (filmoteca) de los Países Bajos.

Cineuropa: ¿Cuál es, en su opinión, la posición de EYE en el panorama de la distribución en los Países Bajos?
René Wolf: El Eye Film Institute es un todo que aúna almacenamiento, exhibición y distribución. Tenemos en torno a 35.000 cintas que van desde los principios del cine hasta nuestros días. La distribución es una herramiento importante para asegurar que este archivo tiene una identidad propia. Al no haber un depósito legal en nuestro país más que para producciones neerlandesas que cuentan con el apoyo del gobierno, dependemos de lo que nos dan las distribuidoras y las productoras. El mantenimiento, la restauración, la compra y la distribución permiten que el archivo crezca de la manera en que lo está haciendo, esto es: ajeno al resto de archivos existentes. Con la adquisición de clásicos a veces rellenamos huecos o reforzamos algunos puntos consistentes ya de por sí.

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Con las películas nuevas buscamos más o menos lo mismo. Compramos obras de directores importantes y también procuramos descubrir algunas perlas. Nuestra posición es fundamentalmente suplementaria. Mucho, entre el 75% o el 80% de lo que distribuimos, no se estrenaría sin nuestro apoyo. No queremos competir con otras distribuidoras: si quieren estrenar una película, nosotros prestaremos atención a otras películas que, de otro modo, no podrían estrenarse.

¿Qué es lo que ha cambiado –si es que hay algo– desde que Filmmuseum se integrase en el EYE Film Institute?
No mucho. Seguimos haciendo lo mismo que antes, solo que ahora el abanico de actividades incluye las películas experimentales neerlandesas, tras nuestra fusión con Filmbank. Intentamos vincular los cortometrajes experimentales con los largometrajes. [...] La fusión con el NIF (Institute for Film Education) puede ayudarnos a promover los estrenos mediante folletos, conferencias, etc. También pretendemos entrar en el campo de las películas para niños.

¿Qué caracteriza a una producción de EYE?
Que se trate de auténtico cine de autor. Hay que preguntarse por qué el director ha elegido el cine como medio de expresión; tiene que ser interesante a nivel tanto de forma como de contenido. Preferimos distribuir películas que dan a entender que el director está explorando nuevas maneras de expresión cinematográfica.

¿Qué tipo de películas parecen atraer al público neerlandés?
Lamento mucho decir que incluso los amantes del cine independiente van cada vez más al cine para evadirse; no les apetecen los retos. Son importantes los premios en los festivales, las buenas críticas, los actores famosos –si bien es difícil que esto último se de en nuestras películas–, pero no son ninguna garantía de éxito, por lo que tratamos de buscar en cada obra aquello que atraiga al público. Intentamos que los líderes de opiniones se interesen por las películas en sus fases iniciales y pasen la voz. A menudo rodeamos a un título de un contexto que contribuirá a suscitar la curiosidad. Todo ello se hace en base a los trabajos anteriores del director o a los materiales del archivo. También podemos conseguir que una persona a quien le gusta la obra la presente u dé conferencias.

¿Cuál es la situación en los Países Bajos con respecto a Europa en lo que respecta a la distribución de cine independiente?
Los neerlandeses no componen un público muy cinéfilo; no hay hambre por descubrir algo nuevo. Esto complica el estreno de películas experimentales. Además, es muy caro: si algo tiene éxito, tendrá mucho éxito; así pasó con El arca rusa [+lee también:
tráiler
ficha de la película] y La mejor juventud [+lee también:
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ficha de la película]. El boca a boca es muy importante. Por otra parte, disponemos de una infraestructura fantástica para el cine independiente, lo que implica una perdurabilidad mayor que en otros países donde no existe ningún tipo de circuito alternativo.