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Gurinder Chadha • Directora

La India en el balón

por 

- El fútbol como metáfora para señalar la evolución de la integración étnica. Gurinder Chadha presenta en Italia Quiero ser como Beckham y explica las razones de su éxito en el mundo

Tras haber recaudado más de 18 millones de euros en el Reino Unido y haberle dado la vuelta al mundo, Quiero ser como Beckham llega a las salas italianas. Gurinder Chadha, de origen hindú pero nacida y crecida en Inglaterra, relata en su tercer largometraje la historia de Jess, una muchacha de origen hindú como la directora, y del inglés Jules, dos adolescentes apasionados por el gran David Beckham que sueñan con convertirse un día en jugadores profesionales de fútbol. Obstaculizados por sus familias, los dos futbolistas en ciernes no renuncian a su pasión, y aunque la incomprensión y las obsesiones de sus padres les complican la vida logran al final compaginar sus aspiraciones con el deseo de todos.

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La película relata la pasión por el fútbol de una muchacha. Pero no está solamente el balón.
“No, claro. El fútbol es una metáfora, es una forma de señalar cuestiones de identidad racial, de la relación conflictiva entre padres e hijos, y también del papel de la mujer, y no sólo en la sociedad hindú. Y creo que ha funcionado. He seguido de cerca la promoción de la película y he viajado por todo el mundo, he estado en Australia, en Canadá, también en Japón, y en todas partes me he dado cuenta de que estas cuestiones son temas universales que de ninguna manera están circunscritos a una sola cultura. Aunque en el fondo se trate la historia de una muchacha hindú con elementos fuertemente autobiográficos, esto no ha impedido que un público tan distinto se identifique con la película”.

¿Un poco como East is East de Damien O’Donnell?
“Digamos mejor que Quiero ser como Beckham es una evolución. La película de Damien hablaba de la comunidad hindú en la Inglaterra de los años setenta, o sea, del siglo pasado, cuando las relaciones entre padres e hijos eran muy diferentes. Por el contrario en mi películas hablo de la comunidad del siglo XXI, en la que muchas cosas han cambiado: la mayor parte de las familias se han integrado en la sociedad anglosajona y los padres intentan acercarse a los hijos y entender sus ambiciones, y ayudarlos”.

En su película participaron también algunos miembros de su familia, sobre todo mujeres, personajes que parecen tener un gran peso en las decisiones.
“No, en realidad no es así. La madre de la protagonista sí se parece mucho a mi madre, y a todas las madres hindúes. Dicen cosas extrañas, a veces absurdas y casi siempre radicales, digamos que hacen mucho ruido, pero luego siempre son los hombres los que toman la decisión final. Esto es, los padres. En cuanto a la experiencia de estar con mis tías en el plató, fue verdaderamente extraña, sobre todo en las escenas de la boda y del noviazgo, incluso tuve que aguantar que mi madre me reprochase no haber enfocado la imagen de una de ellas que se había puesto un sari muy bonito para la ocasión”.

Usted ha hablado de un nuevo siglo, recalcando que hoy hay una mayor integración de los grupos étnicos en los distintos países. ¿Cree que es verdaderamente posible la convivencia armónica y plena entre pueblos distintos?
“Para responderle citaré mi propia película. Cuando se presentó en Inglaterra ninguna de las reseñas o artículos de los periódicos más conocidos hablaron de que los protagonistas fueran hindúes o de que se tratara de una historia hindú. Según yo esto es una señal muy importante. Claro, con esto no quiero decir que en Inglaterra, y probablemente en otras partes, se hayan resuelto los problemas de integración racial. Por ejemplo, creo que las mujeres musulmanas de familia paquistaní siguen viviendo una situación realmente difícil. Pero hay claros esfuerzos dirigidos a un conocimiento más profundo de los grupos étnicos. Porque en el fondo no importa cuál sea la identidad social, racial o religiosa, los padres siempre tratan de dar lo mejor a sus hijos”.

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