30/06/2011

Joachim Masannek es uno de los directores alemanes de cine infantil con más éxito de la década. Los cimientos de este logro son una sólida ética profesional y un conocimiento de los niños que va mucho más allá de los libros de texto.

El horario de trabajo de Masannek es brutal. “Me levanto y empiezo a trabajar entre las cuatro y las cinco y media de la mañana”, dice. Y, en épocas de gran actividad, cuando hay que escribir otro guión en seis semanas y terminar al mismo tiempo un libro, sus jornadas laborales parecen no tener fin. Lo que parece cierto es que, sin esta rígida disciplina, la carrera de Masannek desde 2002 podría haber sido muy distinta. En total, las cinco películas de la serie The Wild Soccer Bunch han sido vistas por más de nueve millones de espectadores. Pero antes hay que escribir los libros, adaptarlos para el cine y rodar las películas. “Siempre hemos sentido la presión de la falta de tiempo”, asegura.

Masannek ha escrito trece libros de “Wild Soccer Bunch”, tres de los siete libros que compondrán “Wildernacht”, que aún no han sido llevados al cine, y el tercer volumen de su última saga, Honky Tonk Pirates, está a punto de ser comercializado. Y, como no podía ser menos, ya ha empezado a escribir la cuarta parte.

La obra de Masannek es moderna y dinámica. “Todas las historias son reales”, escribe en su web y, de hecho, sus libros y películas están muy cerca del mundo en que viven los niños. Todo gira en torno a chicos que quieren ser fuertes y chicas que quieren hablar sobre sí mismas, ya sea en el mundo del fútbol o de los piratas.

Cuando se trata de cine, Masannek cambia el trabajo en solitario por la creatividad del grupo. “Nunca hay que ver el guión como algo escrito en la piedra”, explica, al tiempo que recalca que considera sus libros como “canteras” para las películas. De este modo, ha tocado material del 13º libro de “Wild Soccer Bunch” en la tercera película. Una anécdota del rodaje de la cuarta entrega demuestra su capacidad para descartar material de modo radical. Una escena de un partido de fútbol como motos causaba no pocos problemas al programa de rodaje por su complejidad técnica, por lo que Masannek desechó sin dudar las primeras doce páginas del guión y poder así terminar la película a tiempo.

Su obra es impulsiva y los niños que la protagonizan son ruidosos, atrevidos y salvajes. En pocas palabras, personajes poderosos. El resultado fascina sin dudas al público. Pero el factor decisivo de su éxito es un lema que el director se toma más a pecho que cualquier otro cineasta alemán: “El deseo constante de un niño es ser adulto. Cuando juega, un niño de tres años se imagina a sí mismo como un caballero adulto enfundado en una brillante armadura”. Por esta razón, el grupo de amigos de “Wild Soccer Bunch” se pavonean como rockeros y no dejan de vacilar, igual que en sus películas de piratas.

Masannek ha dedicado gran parte de su tiempo a reflexionar sobre el crecimiento de los niños y sus libros se han orientado de modo constante hacia su propia personalidad como padre. “En mi mundo de ficción, a los niños no les está permitido ayudar a los adultos. Educamos a nuestros hijos hasta que llega un punto en que ya no quieren que se les críe”. Sus personajes infantiles son todo lo contrario: fuertes y libres. Y, para darles vida, su creador no duda en madrugar alguna que otra vez.