17/08/2011 - La directora Pia marais reflexiona sobre su trayectoria.

Es el desasosiego y la irritación de sus personajes lo que interesa a Pia Marais, no su curación.

Stevie es una “pequeña niña perdida” en mitad de Alemania. Puede que solo tenga 14 años, pero ya necesita encontrar su propio camino: sus padres no son ya de ninguna ayuda. El primer largometraje Pia Marais The Unpolished [+lee también:
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ficha de la película] es una historia extraña: un cuento de madurez en un ambiente de drogas, fiestas, sexo y egoísmo; una película sensible y sutil sobre una hija de hippies que reniega de las convenciones de la pequeña burguesía. Pia afirmó una vez que, “de alguna forma, creo que mi película es autobiográfica. La idea primigenia era describir las condiciones de mi vida pasada: un día en mi infancia. Podría haber sido una comedia pero también quería reflejar cierta seriedad en mis imágenes”.

The Unpolished es un trabajo extremadamente intenso, rodado con una cámara agitada, que se mueve con titubeo pero con certidumbre en búsqueda de la vida de Stevie, como si de un recolector se tratase. Los colores recuerdan la vieja fotografía y aunque la acción tiene lugar en la actualidad, el espectador se siente muy a menudo como si lo hubiesen transportado a un lugar desconocido del pasado. Se trata de una película sin lustro, en el mejor sentido de la expresión: sin refinamientos, a veces áspera, siempre intensa, y, a la vez, un trabajo muy maduro, que ganó el Tigre en Róterdam.

Su segunda obra, At Ellen’s Age [+lee también:
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ficha de la película], es un psicothriller muy distinto: habla de la liberación que siguió a la claudicación de la burguesía, una especie, incluso, de vuelta a lo salvaje. Desde el primer minuto, Ellen deja atrás su antigua vida y emprende un viaje hacia la vida moderna, armada con tan solo una maleta y su uniforme de azafata. Se mueve como en trance: primero en el mundo profesional de los viajes de hombres de negocios que de pronto se han perdido entre reunión y reunión y esperan volver a encontrarse en las deprimentes fiestas de habitación de hotel. Luego conoce a un grupo de activistas progresistas, contrarios a la globalización y a la experimentación animal, y prueba nuevas formas de vida con ellos, sin éxito tampoco. Al final, Ellen aterriza en África, por lo que toda la película puede interpretarse como un cuento de hadas moderno sobre una mujer que actúa dominada por un encantamiento.

En todo esto es posible discernir elementos distanciadores de la burguesía, una búsqueda de las esperanzas y los sueños perdidos de nuestra civilización, y un igualmente triste e irónico canto de cisne a la decadencia de Occidente, traidor de las promesas de libertad y felicidad que profirió mucho tiempo atrás. Asimismo es perceptible la influencia de Rousseau en los rasgos de alienación, que desemboca en el mismo “Heart of Darkness” del final de Apocalypse Now, de Coppola, aunque de un modo totalmente distinto.

Todo queda abierto al final, lo que también cabe interpretase como vacío. Esta extraordinaria película es un trabajo filosófico, sin duda, pero también una cinta antiacadémica y descortés; imprevisible, desnuda y experimental en todo momento. También esta vez incluye grandes escenas con animales (una abeja, cientos de gallinas, gatos y perros) que parecen llenas de vida, libres; su comportamiento parece reflejar el de los seres humanos. Es una película que acoge con los brazos abiertos el humor negro y el diálogo, repleto de pequeños momentos ácidos y de una magia considerable. Pia Marais da cuenta de varias vías posibles para vivir y parece interesarse más en el desasosiego y la irritación de sus personajes que en tratarlos y curarlos.

Por otra parte, Marais ya ha empezado a trabajar en el guión de un nuevo proyecto: “va sobre el miedo y la paranoia, sobre la privatización de la seguridad, que veo como algo terrible. Ya quise tratar este tema hace años, pero tenía la impresión de que no era el momento. La película será muy diferente a las dos primeras, ya que esta vez será una obra de género, principalmente sobre la tensión que antecede a la revelación de la verdad”.