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Carlo Verdone • Director

"Una película divertida sobre un asunto serio"

por 

- El actor y director romano vuelve al cine el 2 de marzo con una tragicomedia sobre padres separados. Lo acompañan Pierfrancesco Favino y Marco Giallini

"Quería hacer una película divertida que tratase un asunto serio, inspirándome en maestros como Mario Monicelli, que nos enseña a utilizar la ironía de un modo más efectivo para dar a conocer realidades dramáticas". Dos años después de Io, loro e Lara, que cuenta la vida de un misionero que sufre una crisis de fe, Carlo Verdone regresa con otra película de temática delicada: padres divorciados que se arruinan para pagar la pensión alimenticia a sus exmujeres, terminan sin casa y sin un euro al cabo de 20 meses. Hablamos de Posti in piedi in paradiso [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, una producción de Luigi y Aurelio De Laurentiis que saldrá a la luz el 2 de marzo con Filmauro en 650 copias.

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El director y actor romano aborda el tema de estos nuevos hombres pobres a su manera haciendo uso de la ironía. Tres hombres separados deciden vivir bajo el mismo techo, destartalado, para compartir gastos. Son Domenico (Marco Giallini), un agente inmobiliario, ávido jugador y gigoló ocasional; Fulvio (Pierfrancesco Favino), un crítico de cine que ha terminado redactando las crónicas de sociedad, y Ulisse (Carlo Verdone), antes exitoso dj y ahora dueño de una tienda de vinilos que tiene dos clientes al día. En el reparto también se encuentran Micaela Ramazzotti, Diane Fleri y Nicoletta Romanoff.

En la presentación de la película en Roma Verdone la definió como "una absoluta emergencia social. Es simplemente una comedia, pero si ayuda a que reflexionemos sobre la inutilidad de las guerras entre padres, que simplemente traen desgracias a ellos y a sus hijos, habré conseguido mucho más".

¿Qué opinión le merecen este tipo de divorcios?
Intenté no ponerme del lado masculino o situarme como cómplice de las mujeres, pero es cierto que los jueces muchas veces son demasiado estrictos con los hombres. Recibí muchas cartas de padres separados en las que decían que su mayor miedo era no volver a ver a sus hijos. Además, han de afrontar una tragedia financiera: es una nueva forma de pobreza.

La película describe la solidaridad masculina que aparece entre personas muy diferentes que se ven forzadas a vivir juntas. ¿Cómo trabajó con los actores?
El reparto al completo demostró comprender la idea. Limitamos las escenas cómicas a los tres extraños bajo el mismo techo, pero fuera de la casa topan con la realidad, la relación con su exmujer, sus hijos, sus abogados, y hay menos aspectos cómicos. El final es un auto de fe de los más jóvenes, que son más maduros que sus padres. Domenico avergüenza a su hijo, pero este le apoya cuando su padre lo necesita; por otro lado, la hija de Ulisse no sigue las normas, tiene 17 años y quiere continuar con su embarazo.

En esta película Marco Giallini encarna al personaje más importante.
A estas alturas de mi carrera no me queda otra: antes solía presentar un gran número de pícaros, pero aquí el protagonista es el personaje más afligido. Llega un momento en que te aburre ir de solista. Ahora hago películas más corales; así puedo concentrarme en dirigir.

Hablando de dirigir, usted ha dicho que quería darle a esta película un toque teatral. ¿A qué se refería exactamente?
Las tomas son largas, no abusamos de cortes; los actores se mueven delante de la cámara; hay más segundos planos o encuadres con varios personajes para poder captar las reacciones de cada uno de los actores de manera más eficaz.

¿Para quién están reservadas las entradas de pie en el paraíso [n.d.t.: traducción literal del título]?
Para aquellos que cometen pecados excusables, que irán al cielo pero son tan gafes que sólo encontrarán entradas de pie. Estuve pensando en utilizar la palabra “cielo” como título, pero un día estaba haciendo cola para el cine y el taquillero gritó: “¡sólo quedan entradas de pie!”, en lugar de decir “¡Se han agotado las entradas!” un mundo se abrió ante mí. Aquel cine, por cierto, se llamana Edén.

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