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Marta Laryssa Plucińska • Federico Film

Producers on the Move 2012 – Polonia

por 

- La injusticia es uno de los temas más habituales en las películas que Federico Film produce

Marta Laryssa Plucińska fundó Federico Film en 1997 tras graduarse en el área de producción por la Escuela Nacional de Cine de Łódź. Produjo el primer largometraje de ficción de Marek Stacharski, Facing Up, que destacó en los festivales de Karlovy Vary, Mar del Plata y Bérgamo. Entre sus coproducciones destacan Menachem & Fred, de Ronit Kertsner y Ofra Tevet (premio a la película más inspiradora del año del Cinema for Peace en 2009) y Zu Fuss nach Santiago de Compostela, de Bruno Moll (participó en Locarno en 2007, entre otros festivales). También ha trabajado a nivel internacional, como con la coproducción entre Serbia, Polonia y Grecia Loveless Zoritsa, de Radoslaw Pavkovic. Otras de sus producciones han sido Earthly Paradise, de Gerwazy Regula, y My Father’s Bike, de Piotr Trzaskalski.

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Cineuropa: El nombre de su productora, Federico Film, ¿está inspirado en Fellini?
Marta Laryssa Plucińska: Siempre quise ponerle ese nombre. Fellini siempre ha sido una fuente de inspiración para mí. He dirigido la productora durante 15 años y mi hermano me ayuda desde hace ocho.

Antes de la Escuela Nacional de Cine de Łódź, había estudiado ciencias naturales. ¿Su pasión por el cine llegó tarde?
Todo lo contrario. Empecé a rodar películas con seis años junto a mi padre y su cámara de 8 mm. De adolescente, ya había tomado la decisión de vincular mi vida al cine, y, durante mis años de universidad, dedicaba todo mi tiempo libre a rodar cortos y a trabajar como directora de producción de las películas de otros.

En Facing Up, que os ha dado vuestros primeros éxitos, la historia transcurre en los centros marginales de las afueras, con un estudio de las condiciones sociales y un punto de vista moral. Los mismos asuntos aparecen en Earthly Paradise y en Loveless Zoritsa. ¿Son sus temas predilectos?
Exactamente. Así es como entiendo mi labor: contar las injusticias del mundo, mostrar a los rechazados y marginados, en particular a las mujeres. En Facing Up aparece una mujer violada pero que sabe perdonar. En Earthly Paradise, una mujer cría sola a su hijo en un pequeño pueblo y una chica adoptada quiere abrir un restaurante: "en vez de cocinar, como todo el mundo, prefiero inventar mis propios platos". Es algo significativo. Lo mismo ocurre en Loveless Zoritsa, donde aparece una mujer excomulgada de su centro. En cada una de ellas intento mostrar el potencial de las mujeres, su voluntad de transformarse y de cambiar el mundo.

Desde hace unos años, se ha visto una oleada de nuevas compañías de producción en Polonia. ¿Son su competencia?
No las veo de esa manera; al contrario, estoy abierta a la cooperación y creo que ese punto de vista es el que me ayuda a trabajar de manera creativa.

Ha producido My Father’s Bike, del célebre director Piotr Trzaskalski, y el público espera con expectación su nueva película. ¿Ha sido difícil montar el proyecto?
A nivel financiero, sí. Hemos tardado dos años en reunir el presupuesto, que finalmente ha llegado al millón de euros. Esto ha sido posible gracias a una coproducción con TVN y a las ayudas del Polish Film Institut de Lodz y a inversiones privadas, además de mi propia aportación. También contamos con la colaboración de la distribuidora más importante de Polonia: ITI. Es un verdadero éxito que confirma nuestro crecimiento gradual: con cada película doblamos el presupuesto y conseguimos cumplir con nuestras previsiones.

También cuenta con una sólida experiencia internacional, ya que ha producido películas con Suecia, Serbia, Alemania, Suiza e Israel.
Sí, y tengo en proyecto cuatro nuevas coproducciones, dos de ellas en fase de desarrollo actualmente.

Y en ellas vuelven a aparecer las injusticias…
Efectivamente, excepto en una comedia romántica e inteligente, un proyecto comercial que está en fase de producción y que espero que nos permita llevar a cabo las otras tres coproducciones. La primera, Empty Water, de Jacek Bromski, es una adaptación de la novela homónima de Krystyna Zywulska, que cuenta sus experiencias en el gueto, su huida y su participación en la resistencia; la segunda coproducción es New Girl, de Marek Stacharski, que trata la violencia escolar, y la tercera es The First Day at School, de Maciej Dejczer, que recuerda la masacre de Beslan, en Chechenia: una historia realmente espantosa. Por otro lado, no entiendo bien por qué la gente recuerda tan bien la fecha del 11 de septiembre de 2001 y no la del 1 de septiembre de 2004.

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