04/05/2012 - Frédéric Delcor, director del CCA, resalta la vitalidad que el cine belga francófono proyecta al resto del mundo y habla de los retos a escala nacional

Frédéric Delcor, director del centro del cine y el audiovisual de la federación Valonia-Bruselas desde septiembre de 2008, resalta la vitalidad que el cine belga francófono proyecta al resto del mundo y habla de los retos a escala nacional.

Sobre la presencia en Cannes
Un pequeño milagro se repite cada año con regularidad: nuestra pequeña comunidad consigue una representación notable en cada una de las selecciones del festival de Cannes. Esta presencia es fruto del trabajo y del talento tanto como de las estructuras que ha dispuesto la federación de Valonia y Bruselas, de la calidad de nuestros técnicos, de nuestros programas de formación y de la profesionalización constante de nuestros productores. Los poderes públicos son conscientes de la importancia del sector audiovisual desde los puntos de vista tanto cultural y económico como de proyección al exterior. La federación es, por este motivo, el primer socio de nuestros productores. Estas ayudas, asociadas a las de Wallimage, las del VAF y el apoyo que proporciona el Tax Shelter, facilitan la financiación de un proyecto creativo y garantizan la renovación generacional. Así, este año participarán a la vez en Cannes un director consagrado como Joachim Lafosse y un primerizo como David Lambert.

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La apertura internacional
Nuestros productores perpetúan una tradición de coproducción necesaria para una comunidad de nuestra envergadura. Cooperamos con nuestros vecinos franceses, por supuesto, así como con otros países, tanto en la producción como en el intercambio de profesionales. Esta colaboración, basada en un acuerdo tácito de reciprocidad, impulsan la vitalidad económica y artística del sector. En esta misma línea, hemos firmado hace poco un acuerdo de coproducción con China en el que llevábamos trabajando varios años, durante los que hemos conseguido aprehender correctamente el país y superar las diferencias culturales. Con este acuerdo damos respuesta a una petición de los profesionales y esperamos que se traduzca en la finalización de algunos proyectos en curso.

Bélgica: operación seducción.
Desde hace algunos años trabajamos para reparar un cierto desequilibrio: aunque nuestro cine disfruta de un gran reconocimiento internacional, pensamos que no goza del aprecio suficiente entre nuestros compatriotas. No cabe duda de que no somos un pueblo nacionalista, lo cual en cierto modo es algo excelente, sobre todo en lo que afecta a nuestra apertura al resto del mundo. No obstante, que ello no nos impida reconocer a nuestros talentos, porque los tenemos y están ahí bien presentes. Las dos primeras ediciones de los premios Magritte han probado de sobra la fertilidad de nuestro cine y nuestras capacidades. Con los triunfos de b>Bouli Lanners y Mathias Schoenaerts en la edición de 2012 se mostró asimismo los intercambios continuos entre el cine francófono y el flamenco. Todo son ventajas si trabajamos juntos; esa es la dirección que toman las ayudas conjuntas a la producción que hemos puesto en marcha junto con el VAF tanto en el ámbito de la ficción como en el del documental. Durante mucho tiempo nos encerramos en un discurso reduccionista sobre el cine belga según el cual el cine flamenco era comercial y los autores residían en el sur del país. Ahora las películas, sus autores y sus productores han derribado esta caricatura: tanto en el norte como en el sur se hace un cine de calidad que llega a su público y cada vez más lo hacemos juntos.