email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

Eva Sørhaug • Directora

"Quería crear escenas muy íntimas, aunque esa intimidad resulte atroz"

por 

- Eva Sørhaug compite en el 23° Festival de Estocolmo con 90 minutes, una sobrecogedora película que narra tres espeluznantes casos de violencia de género extrema en Noruega

La cineasta noruega Eva Sørhaug compite en el Festival de Estocolmo con 90 minutes [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película
]
, una sobrecogedora película que narra tres espeluznantes casos de violencia de género extrema. El film retrata los angustiosos noventa últimos minutos de vida de tres seres humanos antes de ser asesinados por sus respectivos cónyuges.

Generalmente, existe una tendencia a ubicar historias de violencia explícita en contextos de marginalidad, de exclusión social o de miseria. Por ese motivo, tal vez nos resultan tan perturbadoras películas como 90 minutes, cuya acción transcurre en hogares prósperos y acomodados.
Eva Sørhaug: Sí, creo que los espectadores están más acostumbrados a ver estas historias en contextos de pobreza o de alcoholismo pero esto evidentemente sucede en todos los niveles de la sociedad. Considero que siempre es estimulante para un cineasta observar las historias desde un ángulo diferente, que ofrezca algo distinto a lo que estamos acostumbrados. 90 minutes no narra necesariamente una historia nueva, pero creo que la perspectiva desde la que lo hace es poco frecuente.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

Los tres hombres que protagonizan su película pertenecen a tres generaciones diferentes, y he tenido la sensación de que cuanto más joven es el hombre, más explícita y cruel es la violencia que ejerce sobre la mujer.
Es posible, pero esa no era la intención. La idea era tener tres historias diferentes, de las que una tenía que ser una historia de amor, para ofrecer al espectador un respiro y que la experiencia no fuese tan dura todo el tiempo. Luego quería una historia más desasosegada, incómoda y agobiante, una historia que fuese, en última instancia, un puro infierno. Quería tres tonos diferentes, tres niveles distintos, porque si todas eran igual de duras tal vez el espectador no podría soportarlo. Las diferentes edades también están relacionadas con la antigüedad de la pareja. La mayoría de los divorcios suceden cuando los cónyuges tienen entre treinta y cuarenta años, y quería explorar qué sucede antes, durante o después.

Viendo tu película, no pareces muy optimista respecto al resultado de los avances en igualdad de género en Noruega. Sin embargo, los países escandinavos suelen ser citados como un modelo a seguir en este aspecto.
Creo que Noruega ha recorrido un gran camino en cuestión de igualdad de género, pero aún no es suficiente. Considero que ayudaría a ese progreso prestar más atención al rol del hombre. En mi opinión, debe de ser frustrante ser un hombre en Noruega y tener que cumplir con ese supuesto rol masculino, que te dice cómo deberías de comportarte, cómo actuar. Los hombres se sienten demasiado forzados a demostrar que son hombres. Esto conduce a la frustración y puede llevar a la violencia.

Cada plano del film está compuesto con extraordinaria precisión. Los personajes están permanentemente encuadrados entre los marcos de las puertas, entre las ventanas, entre paredes… Esto crea una sensación de claustrofobia y reclusión, pero la escenografía hogareña, los largos planos estáticos o la luz natural confieren a todo una ambigüedad turbadora.
Sí, mi intención era trabajar con el contraste entre las hermosas composiciones estéticas y los terribles sucesos que acontecen dentro de ellas. En cuanto al encuadre, quería una cámara observadora y fija, que se mantuviese en su posición, que arrastrase al espectador dentro del plano y no le permitiese huir. Al mismo tiempo, también quería crear escenas muy íntimas, aunque esa intimidad resulte atroz.

Viendo tu película, es inevitable pensar en Michael Haneke…
Sí, estoy muy influenciada por la obra de Haneke. Me encanta el modo en que evoca las terribles cosas que ocurren fuera de campo y estoy de acuerdo con él cuando afirma que mantener un plano durante mucho tiempo es una prueba de paciencia para el espectador, pero que, si se acepta, puede resultar una experiencia muy intensa. Hay otras películas en las que me he fijado mientras preparaba 90 minutes, como Eyes Wide Shut (Stanley Kubrick), Rompiendo las olas (Lars von Trier) o Shame [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película
]
(Steve McQueen).

Photo credit: Carla Orrego Veliz

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy