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Àlex y David Pastor • Directores

"En España tienes más libertad creativa que en EEUU"

por 

- Los hermanos Pastor debutaron con un largometraje rodado en EEUU, Infectados. Ahora regresan a España con otro film apocalíptico: Los últimos días.

Con poco más de treinta años de edad, los hermanos Pastor debutaron con un largometraje rodado en EEUU, Infectados. Ahora regresan a España con otro film apocalíptico: Los últimos días [+lee también:
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entrevista: Àlex y David Pastor
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Cineuropa: ¿Qué diferencias encontráis al trabajar en dos continentes?
Álex Pastor: Estamos interesados en mantener un pié allí y otro aquí. Hay cierto tipo de película que te permite más libertad si la haces aquí y otro para realizar en los EEUU. Lo mejor de rodar en España, aparte de contar con equipos técnicos muy buenos, es que tienes mucha más libertad creativa y un trato mucho más de igual a igual con los productores y financieros. En EEUU te tienes que ganar estatus, reputación y nombre para que te respeten. Allí tienes la posibilidad de hacer películas de un tamaño que aquí, ahora mismo no nos podemos permitir, pero la cosa va cambiando: la película Lo imposible [+lee también:
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es un ejemplo.

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Pero Infectados no era mayor que Los últimos días a nivel de producción...
David Pastor: Ésta es mucho más grande, espectacular y ambiciosa, pero hecha con menos dinero. Rodar allí es más caro: todo el mundo cobra más y cada semana de filmación es más costosa, pero hay gastos superfluos; por ejemplo: los ejecutivos del estudio visitan el rodaje, vuelan en primera clase y se alojan en hoteles de cinco estrellas. Tienes una roulotte que está muy bien, pero apenas visitas y no la necesitas; hay un asistente que te persigue por el set preguntándote si quieres beber un refresco... y no hace ninguna falta. En Los últimos días no teníamos eso, pero no lo echamos en falta. Aquí tenemos menos dinero, pero toda la inversión va a la pantalla: se destina a que la película luzca y sea grande. Los gastos superfluos no existen aquí y el equipo está más dispuesto a apretarse el cinturón. Aquí tuvimos más semanas de rodaje, muchos días de grúa, más especialistas y extras y muchos más efectos visuales. Una forma de exprimir el euro que allí no saben hacer.

¿Cuál fue entonces el presupuesto de cada una de ellas?
A.P: Infectados costó nueve millones de dólares y Los últimos días, cinco millones de euros: es menos, pero no lo parece; se la muestras a un norteamericano y cree que ha costado 40 millones de dólares.

Siendo dos cabezas directoras... ¿cómo repartís las funciones en todo el proceso?
D.P: No lo repartimos, lo hacemos todo absolutamente juntos. Una película es una tarea muy larga y no sólo dirigimos, también escribimos: eso hace que nos empapemos de la historia durante mucho tiempo. E implica constantes conversaciones sobre las escenas, los temas de la película, los personajes... y cuando llegas al rodaje todo está tan analizado y hablado que alguien se puede acercar a cualquiera de nosotros preguntando algo concreto y recibirá la misma respuesta de cada uno.

¿Se puede definir vuestra nueva película como ecologista?
A.P: Tiene algo de ecologista, pero no trata tanto de la destrucción del planeta por los seres humanos, sino de un alejamiento del mismo y del vivir como lo que somos: animales. Nos hemos vestido y hemos construido una gran ficción: la civilización. Esto conlleva ventajas: vacunas, no pasamos frío ni calor, tenemos películas, etc..., pero también tiene consecuencias negativas, como trabajar en oficios que no te gustan, sacrificar tu tiempo en ellos, estar sentado en el ordenador y que te duela la espalda, estar mirando una pantalla que seca los ojos... sufrimos dolencias no sólo físicas, sino también emocionales, por la cantidad de ruido e imágenes que nos bombardean y por el estrés, que hace que nos sintamos insatisfechos... La película intenta hablar del distanciamiento de la naturaleza, de cómo todas estas angustias se concentran y crean esta epidemia que acaba con el mundo.

En la película se escucha un par de veces la manida expresión "¡Con la que está cayendo!". ¿También la crisis ha infectado a la película?
D.P: Sí, empezamos a trabajar en esta historia antes del colapso de los mercados financieros, pero a medida que íbamos escribiendo el guión, la realidad iba buscando un lugar en la película, se fue abriendo paso y acabó llegando al guión: el miedo al paro, al despido y la inseguridad laboral que sufrimos forman parte de Los últimos días.

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