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Alberto Rodríguez • Director

“Sin el apoyo de la televisión, es difícil hacer buena taquilla”

por 

- El director sevillano, de 43 años, nos entrega La isla mínima, en competición en San Sebastian, tras éxitos como Grupo 7 o Siete vírgenes.

Alberto Rodríguez  • Director

Cineuropa: ¿Nervioso ante las fechas que se acercan? 

Alberto Rodríguez: Más que por el festival, me inquieta el estreno: saber qué opina el público de mi pelìcula, que es lo más importante. Con 7 vírgenes [+lee también:
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, Juan José Ballesta ganó la Concha de Plata al mejor actor en Donosti. Con la anterior, Grupo 7 [+lee también:
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, estuvimos en Tribeca y con After en Roma.

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está siendo apoyada mediaticamente, con bastante promoción, por Antena 3TV, coproductora también. 

Si, está apostando fuerte por ella y espero que siga así: se está demostrando que si no hay apoyo de este tipo, es muy complicado que las películas hagan buena taquilla. Las dos que ha lanzado bien Telecinco este año -Ocho apellidos [+lee también:
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- son números uno en recaudación a día de hoy.

Precisamente con la película de Daniel Monzón no sólo compartes dos actores (Jesús Castro y Jesús Carroza), sino también la importancia que cobra el paisaje... 

En este caso partimos de las fotos que hizo hace décadas Atín Aya en las marismas del Guadalquivir. Es una zona vastísima donde, cuando se empezó a cultivar el arroz, se pobló mucho, pero cuando el campo se mecanizó esos pueblos se fueron abandonando y quedaron como islotes con gente varada allí. Por eso desde el principio el paisaje fue un elemento importantisimo en el proyecto. Es un sitio raro porque, a pesar de ser completamente diáfano, es un laberinto: para ir de un lugar a otro es complicadisimo, con vericuetos y caminos impracticables, que se pueden hundir en cualquier momento...

Un páramo muy vivo... 

Claro: no cesa de moverse y agitarse. Y la explosión de vida que tiene es alucinante...  Donde rodamos es casi ya el Parque Nacional de Doñana, coge parte de Huelva, Cádiz y Sevilla.

¿Cuál es la intención de insertar, desde los títulos de crédito iniciales, esos espectaculares planos aéreos?

La idea era explicar el sitio, tan complicado, y su tiempo, mucho más complicado. Puedes estar allí horas y no ver a nadie, pero está lleno de agua, pájaros y vida, y, como dicen allí, aunque tú no veas a nadie, te están viendo. Seguro. Porque de lejos te pueden ver, pues son más de 30.000 hectáreas de campos de arroz. Luego empieza la marisma salvaje, el preparque y el Parque Natural. Por otro, le encontramos un significado más amplico por el personaje de Javier Gutiérrez, que tiene esa obsesión con los pájaros.

Los crímenes del film... ¿tienen que ver con algún suceso real?

Nos quisimos separar desde el principio de eso, dejando claro que es ficción, pero estuvimos documentándonos: leimos mucho sobre sucesos, asesinatos y de los pocos criminales en serie que ha habido en España sin llegar a la actualidad; todos eran crímenes antiguos. 

¿Te interesan los años ochenta? Grupo 7 también tenía lugar en esa década...

No tengo recuerdo nítido de la transición, porque era muy joven: nos la han contado de tal manera, que se ha quedado establecido así. Lo que nos dio fuerza para retomar este guión -que habíamos dejado de lado en 2005- fueron dos documentales de los hermanos Bartolomé: Atado y bien atado y No se os puede dejar solos. Tratan la transición no de forma oficial, sino desde la calle y en aquel momento. Me resultaron super interesantes y nos dieron la idea de desarrollar la trama en esa fecha. Muchos de los problemas que teníamos hace 34 años han vuelto ahora: pero bueno... ¿no hemos avanzado? La gran diferencia con entonces es la presencia de los militares y el terrorismo, que hoy no están tan presentes. Pero sí había muchas concomitancias y nos parecía interesante esa tensión subterránea que nos permitiera construir una película con dos niveles de significación: la trama y algo velado, que está por debajo.

Vuelves asimismo a insistir en una pareja de policías de caracteres contrapuestos... 

En Grupo 7 eran cuatro en realidad, aunque dos eran los más protagonistas. Ahora descansa el film en dos policías que tienen que entenderse sea como sea: el viejo caimán y el joven pardillo. Los dos personajes están basados en casos reales.

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