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Ángel Santos • Director

“Miramos el paisaje desde la cinefilia”

por 

- Tras estrenarse en Busan y Sevilla, aterriza Las altas presiones, de Ángel Santos, un viaje personal y geográfico de un hombre a la deriva

Ángel Santos  • Director

Ángel Santos debutó en 2011 con un largo -Dos fragmentos/Eva- tras una interesante carrera como cortometrajista. Su segundo film, Las altas presiones [+lee también:
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, que se presenta en la sección Las nuevas olas del 11º Festival de Cine Europeo de Sevilla, recoge el testigo de otros cineastas gallegos poseedores de una especial mirada sobre el paisaje.

Cineuropa: Llevamos tiempo oyendo hablar de un emergente cine gallego. ¿Existe realmente esta corriente o se trata de una serie de casualidades?
Ángel Santos: Estamos orgullosos de lo que está sucediendo en Galicia, porque lo sentimos muy real. Nos conocemos todos: Lois Patiño estuvo aquí en Sevilla el año pasado con Costa da Morte [+lee también:
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; el año anterior, Eloy Enciso con Arraianos [+lee también:
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y hay más gente, por lo que existe un movimiento y una conexión: en general se trabaja desde la no ficción, tenemos contacto habitual entre nosotros y hemos ido a estudiar fuera, hemos vuelto y tratamos de mirar el paisaje desde la cinefilia.

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¿Existe entonces una peculiar sensibilidad cinematográfica gallega?
Se dan circunstancias que lo propician: ese gusto por el paisaje y la mirada a los espacios, con cierto romanticismo existencialista. Sí, puede haber una sensibilidad común y una búsqueda: nos preguntamos de dónde venimos y por qué tenemos esa introspección.

¿Y por qué ese apego a la no ficción? Aunque su película se desmarca ligeramente de la corriente documental...
Me interesa mucho la ficción y a veces existe miedo a abordarla. Hay propuestas que desde la no ficción puedes tratar más económicamente: es también un signo de los tiempos. A mí me da igual una u otra, pero me interesa la narración: tratar de construir un relato, pero también esa relación con los espacios, entonces sí que hay una mirada casi documental en mi película: no es una ficción cerrada.

El protagonista de Las altas presiones, encarnado por Andrés Gertrúdix, representa a ese hombre actual a la deriva.
Yo parto siempre de la intimidad más directa, exponiendo cosas que siento: ese personaje tiene muchos aspectos de personas que conozco. Me gustan los conceptos de deriva y de círculo, de estar yendo hacia un centro.

También resulta interesante la idea de llegar tarde siempre, un mal ciertamente extendido...
Es el no saber responder a tiempo, no tener el impulso de actuar cuando debes hacerlo y, de repente, en un momento de tu vida, tomas decisiones, aunque sea a destiempo: es un reflejo de la masculinidad. También me gustaba que el protagonista dijera alguna tontería o metiera la pata.

Por la película aparecen fábricas abandonadas como reflejo asimismo de la situación social que sufrimos...
No hay nada aleatorio en Las altas presiones: la película surge a raíz de preguntas que te haces en relación a tu trabajo, pero también de las conversaciones de los últimos años, con el concepto de la crisis siempre presente. Queríamos trabajar esa idea de lo social y cómo relacionar la creación artística con el mundo obrero y la destrucción de la pequeña industria en esa zona de Galicia: que eso fuera una corriente subterránea en el film.

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