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John Maclean • Director

"Mi película del oeste europea"

por 

- El realizador escocés ha presentado en Bari su deslumbrante ópera prima Slow West, protagonizada por Michael Fassbender y ganadora del Gran Premio del Jurado de Sundance

John Maclean  • Director

La película revelación de la sexta edición del Festival Internacional de Cine de Bari (del 21 al 28 de marzo), donde fue presentada en estreno europeo, ha sido Slow West [+lee también:
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, del escocés John Maclean. Ambientada en el estado de Colorado a finales del siglo XIX, relata la historia del joven escocés Jay (Kodi Smit-McPhee), que busca a su amada Rose, y Silas (Michael Fassbender), un aventurero rudo que se ofrece a acompañarle. Una cinta del oeste inusual, rodada en Nueva Zelanda, surrealista, condimentada con flashbacks y humor negro, que será estrenada en EE. UU. en abril, el Reino Unido en junio e Italia en septiembre, de la mano de Bim.

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Cineuropa: Empecemos por el título. ¿Por qué tu oeste no es salvaje sino lento?
John Maclean
: Para todos, el oeste es lejano, es rápido, es el acto de desenfundar la pistola, pero en realidad no era así. La historia del oeste está hecha de enormes espacios, largos intervalos de tiempo y desplazamientos. Si se produce un tiroteo, generalmente es por la espalda, de manera inesperada, no rápida y frontal. He tomado esta violencia y la he analizado desde un nuevo punto de vista. Además, me gustaba el sonido de estas dos palabras, de cuatro letras cada una: slow y west.

¿Qué sentido tiene hacer un western en el año 2015?
Cuando era niño mi padre me llevaba a ver películas del oeste. A partir de ahí he querido representar de una manera algo fantasiosa lo que para mí era el cine. Luego vi Hasta que llegó su hora y me impresionó tanto que empecé a profundizar en el tema, a documentarme y ver otras películas mucho mejores que las que vi de niño. Sin embargo, el western que he rodado no hace referencia al género en sí. Durante el rodaje he visto muchas otras películas que no tienen nada que ver con él, de autores japoneses, italianos, europeos. No quería caer en el homenaje.

Estéticamente, la película recuerda a Sergio Leone y Sam Peckinpah… ¿De qué manera has construido tu imaginario del western?
Durante el rodaje intenté no ver demasiadas películas del género para no caer en estereotipos. Distanciarme de él. Además, una película del oeste hecha por un europeo no era creíble. He intentado darle un enfoque más europeo, influenciado por el cine europeo en su estructura, con encuadres no demasiado amplios, más esquemáticos: una visión europea del western estadounidense. De Peckinpah he retomado su manera de detenerse en la violencia para criticarla, esa línea que separa aprovecharse de la violencia y servirse de ella para decir algo.

¿Cómo has conseguido convencer a Michael Fassbender en tu primer largometraje?
Nos conocimos en 2009 gracias a un amigo común, mientras rodaba Malditos bastardos [+lee también:
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. Mi amigo le dio mis primeros experimentos cinematográficos y le gustaron. Pude conocerlo una vez y grabé el encuentro con mi móvil. Fue muy simpático y espontáneo. Primero hicimos un corto y luego decidió participar en mi proyecto de largometraje. Escribí el personaje de Silas pensando en él. Ha sido un honor y una fortuna trabajar con un actor con tanto talento. Lo mejor era que cuando él estaba rodando, el equipo trabajaba mejor.

Slow West narra además la historia de un amor desesperado no correspondido. ¿Cómo nació este joven héroe romántico, tan poco común en una historia de este tipo?
Digamos que por experiencia personal. Cuando tenía 16 años, también a mi me gustaban las chicas más grandes que yo, que no me hacían caso. Me gustaba la idea de la exageración, de coger algo pequeño, como un amor adolescente no correspondido, y llevarlo a un contexto más amplio, donde todo se amplifica y donde para conseguir reunirse con la amada es necesario hacer un viaje larguísimo que termina en tragedia. Rodar en Nueva Zelanda le ha dado ese punto de cuento de hadas, onírico, de realismo mágico, que es otra fuente de inspiración. Por último, me gustaba la idea del sacrificio que abre la puerta a la vida de otra persona.

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(Traducción del italiano)

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