11/06/2015 - Belinda Sallin nos habla sobre la impresión que le causó Hans Ruedi Giger y sobre su documental Dark Star: HR Giger's World, que ha sido estrenado recientemente en EE. UU.

La directora suiza Belinda Sallin nos habla de su último trabajo, el documental Dark Star: HR Giger's World [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Belinda Sallin
ficha de la película], cuyo estreno mundial tuvo lugar en la edición 2014 del Festival de Zúrich y que está actualmente en la cartelera americana. Es todo un logro para esta película sobre los últimos meses de un artista helvético especialmente admirado al otro lado del océano. Sin embargo,, Sallin no quería hacer otra biografía más, sino que quería transmitir las emociones que sintió junto al artista. Ambos tenían mucha sensibilidad, lo cual ha dado lugar a un documental inusual que resulta provocador gracias a su simplicidad. Tras Zúrich, Dark Star: HR Giger's World ha sido presentada en varios certámenes como Estambul, Hong Kong, Buenos Aires o DOK.fest.

Cineuropa: Se han escrito muchas cosas sobre HR Giger. ¿Fue difícil mantener la distancia con la leyenda y ver al artista de una manera distinta?
Belinda Sallin: Me había hecho muchas ideas sobre él antes de conocerle. Pero no fue difícil deshacerme de ellas. Siempre hago así cuando preparo una película: intento dejar de lado mis prejuicios. HR Giger me facilitó las cosas: decidí hacer esta película ya durante nuestro primer encuentro. Me sentí abrumada cuando entré en su casa y me sorprendió cómo era HR Giger en persona. Era un hombre amable y amistoso. Al principio, el artista no parecía encajar con su arte y viceversa. La imagen que tenía de un artista lejano con un carácter oscuro no era correcta. Me pareció muy considerado hasta el final. Así que no me resultó difícil mantener una cierta distancia con la leyenda y mostrar en la película lo que he visto y sentido.

¿Cuál era tu objetivo en Dark Star? ¿Podemos decir que era sacar a la luz al hombre que se esconde tras el mito?
Quería que fuese un retrato honesto del hombre y su obra. Un retrato lo más alejado posible de los prejuicios y la moral. Un retrato que toma los muchos clichés que se han creado en torno a HR Giger a lo largo de su vida y los destruye. Pero no quería hacer una biografía convencional. Mi intención era mostrar el mundo en que vivía, sus extraordinarias casas. Vivía literalmente dentro de su arte, con todas las consecuencias. Abrió su casa a lo sorprendente, lo siniestro y lo terrorífico, sin dejar por ello de ser simpático y divertido. Espero que, a través de esto, se cree un nuevo debate sobre él. 

¿Cómo conseguiste esta fuerte intimidad y confianza que se aprecia en la película?
Giger se dio cuenta de que el estudio que había hecho era sólido y conocía profundamente su obra. Afortunadamente, vivía cerca de su casa, así que pude visitarle muchas veces en el barrio Oerlikon de Zúrich. Al conocerle, me di cuenta enseguida de que las palabras no eran su manera de expresarse y que habría tenido que usar otros métodos para hacer la película. Creo que le gustó que me diese cuenta de esto. De alguna manera, estábamos en la misma frecuencia de onda y no hacía falta hablar mucho. Creo que HR vio su participación en el rodaje como su última interpretación. Tomó parte en la película con coraje a pesar de su precaria salud. Esto es en sí una provocación en un mundo obsesionado con la juventud y la belleza. En mi opinión, Giger quería hacerse visible para nosotros en el eterno ciclo del nacimiento, la vida y la muerte. Sabía lo que estaba haciendo. Y yo estaba ahí en el momento adecuado. 

¿Cómo ha sido recibida Dark Star en Estados Unidos? El estreno en Norteamérica de tu película, ¿cómo te hace sentir en cuanto directora suiza?
Significa mucho para mí que Dark Star se estrene en EE. UU., en casi 40 ciudades, del 15 de mayo hasta julio. Es muy emocionante y no estoy dando nada por descontado. No me esperaba todo este interés y me sorprendió el gran número de entrevistas que me pidieron. ¡Estoy muy contenta!

(Traducción del inglés)