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Nicolas Saada • Director

"La realidad es una idea, una fantasía que tiene la gente mientras ve una película"

por 

- El director francés Nicolas Saada proyecta su segundo largo, Taj Mahal, en la sección "Cine Global" del Film Fest Gent

Nicolas Saada  • Director
(© P Grandsard)

El director francés Nicolas Saada presenta su segundo largometraje, Taj Mahal [+lee también:
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, en la 42ª edición del Film Fest Gent. La película también se ha proyectado en Telluride y en la sección "Horizontes" del Festival de Cine de Venecia, donde fue calurosamente acogida tanto por el público como por la crítica (leer el artículo). La cinta narra una experiencia muy personal, con un dramático evento de impacto global como telón de fondo: el atentado terrorista de noviembre de 2008 en Bombay, en el lujoso hotel Taj Mahal.

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Cineuropa: En 2008 fue cuando conociste la historia que cuenta la película; ¿qué es lo que te atrajo de esta historia?
Nicolas Saada: Un par de semanas después de los atentados, yo estaba cenando con unos amigos, y uno de ellos dijo que su sobrina había estado a punto de morir en el Taj Mahal. Me contó la historia completa, y me sorprendió la valentía de esa chica; pensé que tenía que haber sido una experiencia de las que te cambia la vida, y que era una historia que tenía que ser contada. Al principio, lo que más me importaba era conseguir su permiso para contar la historia; cuando me dio su permiso, tuvimos una entrevista muy intensa en la que me detalló todo lo que pasó esa noche. Decidí no entrevistar a sus padres, para presentar con mayor claridad la visión de ella y lograr que el público se pusiera de su parte durante toda la película. Luego escribí el guión, que estaba, en un 80%, basado en lo que ella me contó, y finalmente escribí un prólogo y un epílogo.

¿Dónde acaba la realidad y comienza la ficción?
La ficción surge del tratamiento de lo que se filma, del juego con el tiempo. Cuando un director filma algo, es ficción. La realidad es una idea, una fantasía que tiene la gente mientras ve una película de ficción. Toda película de género es una ilusión, una creación, y en lo que ella me contó ya había mucho cine. Los acontecimientos y su desarrollo eran tan mecánicos, tan precisos, que casi no tuve que hacer ajustes en el guión: su historia parecía, efectivamente, un relato de ficción.


Querías que el público se pusiera en la piel de la chica.
Era muy importante que el público empatizara con ella. Para mí, esta chica es el paradigma de la juventud de hoy en día, independientemente de sus orígenes o su situación social. Me interesaba retratar a una persona que está perdida y preocupada, que es un poco insegura, y que de repente se encuentra con una situación en la que tiene que tomar decisiones importantes y actuar con consciencia y madurez. Por eso, la experiencia de esta chica es tan valiosa como la de cualquier otra persona. Los acontecimientos de fondo no son lo que hace que la historia sea más o menos interesante, sino la experiencia en sí misma. Lo que le pasó a esa chica le pasó a mucha gente de Bombay esa noche, y yo quería reflejar el lado universal de la historia, lo cual no consiste en hacer una afirmación política, ni en recrear el atentado, sino en contar la experiencia de la chica, y sabía que Stacy Martin era la actriz perfecta para el papel.

¿Cómo fue rodar en Bombay?
El rodaje no pudo ser más duro. Teníamos 35 días para filmar, y cada día fue una odisea. En la fase de preproducción, nos dimos cuenta de que tendríamos que filmar la fachada delantera del hotel y los exteriores en Bombay, pero que no nos dejarían rodar dentro del Taj Mahal. Debido a esto, tuvimos que recrear el interior del hotel de alguna manera, construyendo platós y usando efectos digitales. Al principio rodamos en la India, y todos los días teníamos una sensación de peligro constante. No sabíamos cómo reaccionaría la gente a la película, y nos preocupaba. Al final todo ha salido bien, pero el rodaje fue tenso.

Con ese ambiente, ¿cómo has podido mantener el ritmo sereno y constante que tiene la película?
Creo que, en realidad, la música me gusta aun más que el cine, y eso me ha ayudado a hacer que Taj Mahal funcione rítmicamente. La película tiene un lado muy musical. El principio es como el silencio antes de que comience a tocar la orquesta; luego podía tocar suavemente varios instrumentos, antes del gran crescendo. Quería que la película fuera realmente melódica.

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(Traducción del inglés)

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