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Patrik Syversen • Director

"Afterparty… es creer que la fiesta sigue cuando ésta ya ha terminado"

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- Cineuropa se ha entrevistado con el director noruego Patrik Syversen para hablar de su quinto largometraje titulado Afterparty que ya se ha estrenado en Noruega

Patrik Syversen • Director

La historia que el director noruego Patrik Syversen nos propone en este su quinto largometraje titulado Afterparty [+lee también:
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, se desarrolla en Oslo, en el barrio de Majorstuen, cerca del parque Frogner en el que se pueden ver las célebres estatuas de Gustav Vigeland, tan parecidas y al mismo tiempo tan distintas, tan humanas. Se trata de una película independiente, de bajo presupuesto y distribuida por Arthaus. El director Patrick Syversen es también productor, junto con Fredrik Pryser, de la productora Fredrik Fiction. En la película, dos chicas jóvenes, interpretadas por Marte G. Christensen y Silje Storstein, viven el final de su relación de amistad en menos de dos días.

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Cineuropa: En el fondo, es una historia banal.
Patrik Syversen :Pero muy importante para estas chicas, a punto de cumplir los treinta y con las vidas a medio hacer, rodeadas de gente que han triunfado en sus vidas y son felices. Mis personajes van a intentar evitar la ruptura y agarrarse a lo poco que poseen o creen poseer. Afterparty… es creer que la fiesta sigue cuando ésta ya ha terminado. A mis personajes les puede el miedo a cambiar y la soledad. Por ello, van a actuar guiadas por la rabia y por una intensa insatisfacción. A menudo se dice que alguien actúa de manera irracional cuando tiene un comportamiento inesperado. Cuando no estamos bien, tenemos tendencia a fastidiar a los demás o a llevarlos hacia las arenas movedizas en las que estamos, a humillarlos con sutiles maniobras. Es de hecho lo que hace uno de los personajes, aunque sea difícil pillar a alguien en pleno delito de manipulación.

¿Manipulación… cinismo?
No, no es cinismo, sino la reacción instintiva de una persona que no está bien. Mis personajes no quieren hacer daño a nadie, no actúan a posta. Normalmente, lo que vemos en el cine son o relaciones amorosas o relaciones abiertamente hostiles entre enemigos declarados. Pero con menos frecuencia vemos relaciones entre medio, ésas en las que los personajes no se sienten a gusto, relaciones que no están definidas claramente. La idea de la amistad destructora la tuvo Marte G. Christensen. Con ella y con Silje Storstein mantuve largas conversaciones, antes y durante la escritura del guión y la escritura de los diálogos: estos intercambios fueron para mi momentos de trabajo discontinuo, más que momentos de creación intensiva. No hay que olvidar que mi película es una película de ficción, aunque los personajes hayan conservado el mismo nombre que los actores.

Has realizado películas de géneros distintos : una película de horror, una comedia divertida, una película de vampiros, etc.
Sí, es cierto… Y sin embargo, en todas mis películas encontramos puntos en común. En ellas siempre impera un vínculo emocional, una especie de contrato implícito entre dos personas cuya relación se va a poner a prueba. Mis personajes, a menudo definidos por las circunstancias y la presión social, buscan encontrar una nueva definición de sí mismos.

En Afterparty también hay personajes masculinos, como el actor Tobias Santelmann, que ya hemos visto en Kon-Tiki [+lee también:
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, o Benjamin Helstad…
Tobias es el amigo de Silje, su antigua novia. Entre ellos no hay ningún rencor. En cuanto a Benjamin, es el testigo perplejo de todo lo que ocurre. Sus reacciones, pienso, reflejan las reacciones del público.

¿Has dejado improvisar a los actores?
No, en absoluto. Hemos ensayado mucho, antes del rodaje de ocho días, como si se tratara de una obra de teatro. Me alegra saber que parece que estén improvisando. La película fue rodada en el verano del 2014, en tiempo real, y casi siempre a la misma hora en que se producía la acción. Todo ello para captar mejor la luz nocturna en Escandinavia. El director de la fotografía, Andreas Johannessen, ha aportado a la película su sentido práctico y su mirada poética, su sensibilidad y su fina percepción del ser humano. La película está rodada principalmente en planos muy largos, la escena más larga dura ocho minutos. En regla general, cada escena ha sido rodada tres veces en tres tonos y ambientes distintos. Después, en el montaje, hemos tenido que decidirnos, según el punto de vista que nos interesaba. Como no teníamos ningún imperativo de tiempo, después del rodaje pude hacer una pausa de dos meses para dejar que las ideas tomaran cuerpo. Luego, en el montaje, más que cortar y añadir, hice un trabajo de finición pues no me gusta desmenuzar, como hace el cineasta húngaro Béla Tarr, a quien le gusta explayarse en el tiempo, lo cual nos ayuda a ver las cosas como si fuera la primera vez.

¿Observas a los humanos como si fueran insectos, como hace el entomólogo?
No creo. Yo mismo también soy como un insecto. Aunque, como es bien sabido, se puede ser a la vez observador y observado. No son dos cosas incompatibles. No me gusta juzgar, me limito a escribir y a cuestionar. Aunque ello no excluye sentir empatía, tener un deseo sincero de interesarse en el prójimo. Es apasionante poder indagar en diversos aspectos del alma humana que al principio desconocemos.

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(Traducción del francés por Ainhoa Jauregui)

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