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Paolo Del Brocco • Director General, RAI Cinema

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- Hoy en día los jóvenes directores italianos son capaces de atraer a socios franceses de alto nivel y ganar visibilidad internacional

Paolo Del Brocco • Director General, RAI Cinema

(Este artículo ha sido publicado en Le Film Français – Suplemento Italia 2016)

Las colaboraciones de RAI Cinema con Francia han obtenido grandes resultados con la ganadora de la Berlinale Fuego en el mar [+lee también:
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, así como The Other Side [+lee también:
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de Claudio Cupellini o la película de Stefano Savona, que se estrenará próximamente, Samouni Road.
En Berlín,Fuego en el mar se reafirmó a un nivel nunca visto con el favor unánime de la crítica, la audiencia y el jurado. Es la prueba de que lo mejor que el cine italiano tiene que ofrecer puede alcanzar audiencias internacionales. Ya lo demostró en las primeras fases de la producción, cuando fue capaz de atraer a grandes socios franceses, que, internacionalmente, son conocidos como los líderes de la industria cinematográfica.  Estamos hablando de figuras como el productor Serge Lalou y Daniela Elstner, quien vendió la cinta con su compañía Doc & Film, ambos pusieron un gran empeño y cuidado en el proyecto. El filme se vendió a varias distribuidoras y Fuego en el mar, una película de una pequeña isla en mitad del Mediterráneo, ganó un visibilidad excepcional.

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The Other Side, que también es una coproducción con Francia, en este caso con Agat, forma parte del catálogo de Doc & Film, así como Samouni Road de Stefano Savona. Esto no es una casualidad, Doc & Film es el socio ideal para este tipo de cintas. Mientras que Minervini lleva unos años establecido en EE.UU, Savona trabaja fuera de París. En este mundo globalizado y gracias a la tecnología, uno puede encontrar italianos allí donde haya películas, y Francia es el lugar más apropiado para estos expatriados. Estos desplazamientos profesionales prueban una simple idea: una película, si de verdad es buena, une a profesionales apasionados y a espectadores, personas con la misma nacionalidad; el reino del cine de calidad.   

Este fenómeno, impulsado por algunos de los grandes nombres del cine italiano, cuenta con varios jóvenes directores.
El vínculo que tenemos con el cine francés es muy fuerte. Es muy agradable decir que las coproducciones ya no son solo para películas de autor comprometidas o para habituales de la Croisette como Nanni Moretti o Marco Bellocchio, sino para cineastas casi desconocidos en el mercado francés, como Roberto Andò, o los, cada vez más, jóvenes directores. Si te fijas en las cifras, menos de la mitad de las coproducciones son primeras o segundas películas.

Hay un clara tendencia de “scouting” en Francia, con los coproductores nacionales fijándose, cada vez más, en la industria italiana.
Tenemos que recordar a nuestros “primos” franceses, esos que inventaron el cine, que nada les ha impedido defenderlo y que, siempre, han mostrado una curiosidad insaciable por todo aquello que es nuevo, el futuro y lo que está por descubrir. Comparados con los italianos, los franceses están completamente sincronizados con todo lo que pasa en el mundo del cine contemporáneo y nunca se han perdido nada. Esto incluye su supremacía televisiva, el vínculo original entre el cine y el espectador amante. Su cultura cinéfila, incluso la cinefilia originada en Francia, les ha permitido crecer y alimentar una habilidad, natural y casi instantánea, de rezumar excelencia. El hecho de que esta habilidad, a menudo, se encuentra con la motivación de hacer algo, explica la, casi, profética rapidez con la que apuestan por la juventud, por un cine más experimental, por lo que existirá en el futuro. A pesar de todo, tengo que decir que durante los últimos años, hemos empezado a recuperar el terreno perdido: la atención puesta un cine real confirma su estatus junto con producciones más clásicas estrechamente ligadas a la ficción. Nos hemos hecho más curiosos y, aunque tengamos menos recursos, nunca paramos de invertir en lo que, creemos, es la industria cinematográfica hoy y el día mañana, apoyando a nuestros productores independientes, los cuales, en un pasado, hubieran encontrado más atención y consideración en Francia que en Italia. Pero los tiempos cambian. Creo que la magnitud de colaboraciones entre Francia e Italia se puede entender mirando a un solo punto: la habilidad de visualizar algo nuevo en el horizonte y el deseo de mostrarlo a cuantas más personas, mejor.

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(Traducción del italiano)

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