06/07/2016 - Cineuropa habló con Jiří Sádek en el festival de Karlovy Vary de la manera en que ha adaptado un poema clásico en The Noonday Witch y de los jóvenes talentos emergentes de la República Checa

El nuevo joven talento checo Jiří Sádek ha visto cómo su primer largometraje se ha estrenado en la competición East of the West del festival internacional de cine de Karlovy Vary. La muestra de terror psicológico atmosférico que es The Noonday Witch [+lee también:
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entrevista: Jiří Sádek
ficha de la película], inspirada en la homónima balada checa, se estrenó en los cines checos y eslovacos hace unos meses. Cineuropa se sentó a la mesa con este joven director con motivo del estreno internacional de la cinta para hablar de la manera moderna en que ha llevado el poema clásico checo a la gran pantalla y de la nueva generación de jóvenes talentos emergentes de su país.

Cineuropa: The Noonday Witch combina inspiración de la balada de Karel Jaromír Erben y una temática social. ¿Por qué esta mezcla?
Jiří Sádek: El poema de Erben es hoy tan relevante como lo fue en el pasado. Un progenitor trabaja y está fuera de casa todo el día mientras que el otro intenta mantener la casa bajo control para que el otro mantenga cierta paz de mente cuando vuelve al hogar. Hay que cocinar la cena, hay que lavar la ropa, los niños tienen que bañarse y dormirse (una tarea más complicada de lo que parece). Conozco familias en las que el progenitor que trabaja se convirtió en una figura virtual: una fábrica de hacer dinero. Ninguno de ellos podía estar satisfecho con semejante statu quo. Quien se queda en casa, en nuestra película, es la madre, Eliška, retratada por Aňa Geislerová. Ella, desde luego, no se metió en un matrimonio pensando que esa responsabilidad iba a ser toda suya. Eso no es una familia. Todo esto había que contarlo usando la historia cotidiana de cualquier familia checa, pero la balada de Erben es maravillosa, inspiradora e inteligente y otorga al autor algo de libertad. Ya podrían concebirse otros cien The Noonday Witch que ninguno sería similar. Lo enfocamos de manera poco convencional, lo que no será apropiado para todo el mundo, pero, para mí, Kytice, la colección de poemas que contiene esta balada, es un Harry Potter del siglo XIX: todo el mundo lo tenía en la estantería.

¿Por qué decidió abordar el tema a través del terror, un género poco frecuente en el cine checo?
Cada uno se ríe de cosas diferentes pero todos tememos de la misma manera. El terror parece infrecuente tras tantos años de dramas, comedias y cine negro. Tuvimos comedias como Who Wants to Kill Jessie?, de Václav Vorlíček, películas de terror de Juraj Herz o el cine de Jaromír Jireš. Sus obras están dentro de nosotros pero mi generación creció con cine de directores extranjeros como David Fincher o M Night Shyamalan. Diría que The Noonday Witch es el resultado de esa combinación.

Aun en un marco de terror, usted va contra las convenciones habituales.
El principio del terror a la luz del día me parecía bastante lógico. Los monstruos que no tienen miedo de salir a la luz del día son peores que los que se esconden. El día es tan inevitable como la noche. La luz tienta a la curiosidad; el terror, no. Pero es el monstruo que te atrae para torturarte. Durante una ola de calor en pleno verano, no hay donde esconderse.

Hay bastantes debuts cinematográficos checos que están llamando la atención en la actualidad, hasta tal punto que la crítica empieza a hablar de una nueva generación.
No sé si se trata del resurgimiento de la producción nacional pero este año están apareciendo muchísimos nuevos directores hambrientos de género. Me alegra que se abrace la diversidad de géneros. No somos los únicos que disfrutan del apoyo del fondo cinematográfico estatal; había hasta un proyecto de ciencia ficción, por ejemplo. Además, la financiación para directores primerizos ha acelerado toda la situación; sin ella, The Noonday Witch nunca habría podido existir. Tuve la oportunidad de filmar The Noonday Witch en 35 mm. En cualquier caso, el alto número de nuevos directores es seguramente resultado de la disponibilidad de nuevas cámaras y salas de montaje. La tecnología renueva el arte y éste provoca la aparición de nuevas tecnologías.

A pesar de su potencial internacional, The Noonday Witch es una producción 100% checa. ¿Contempló llevar a cabo una coproducción internacional?
Yo no estaba a cargo de la financiación de The Noonday Witch y eso es bueno. La película empezó como un debut pequeño a lo “casa encantada”. Al principio, el proyecto no se concibió con un presupuesto superior a los 185.000 euros. Después de que Aňa Geislerová se embarcara y decidiéramos rodar en 35 mm, nos dimos cuenta de que ya no se trataba de una película pequeña. Sin embargo, mantuvimos el reducido número de localizaciones y actores, como habíamos previsto en un primer momento.

(Traducción del inglés)