29/12/2016 - El género de animación ha sido la pasión de Ansgar Niebuhr desde que era un niño. Habló sobre ello y sobre su nuevo proyecto Conni en una entrevista con German Films

“Me ha interesado el cine y la animación desde que era pequeño”, dice Ansgar Niebuhr. “¡Dirigí Jaws 4 usando tiburones de caucho en cuerdas y con una cámara de 8mm! Pero es que cuando comencé existían muy pocas posibilidades de aprender animación en el formato de la educación clásica, así que tuve mucha suerte al unirme al equipo de Trickompany, un estudio de animación en Hamburgo. Trabajé en la terrorífica ambientación de la película de animación Felidae de Hayo Freitag, basada en la novela de Akif Pirici. Después trabajé en Karlsson on the Roof de Astrid Lindgren y en muchos otros proyectos.“

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Para Niebuhr, que ahora tiene 47 años, “los personajes necesitan sentimientos y estados de ánimo además de mero movimiento. Tienen que actuar y demostrar emociones, lo que se ha vuelto mucho más difícil desde que la producción europea se ha diseminado entre múltiples lugares y estudios. La delicadeza con la narrativa y el aspecto visual es esencial.”

Niebuhr, que acaba de comenzar a dirigir la película Conni, ha “reunido los elementos para que este trabajo funcione en todos los niveles: tenemos un guión genial y grandes personajes, que son los elementos más relevantes:”

Siendo un gran admirador de Pixar y Disney, Niebuhr elogia en cómo la mejor animación puede “mejorarse y superar los blockbusters de acción de hoy en día que suelen ser demasiado herméticos. Solo tenemos que pensar en Zootopia: es divertida, pero también inteligente!”

Para los alemanes y para los europeos en general, la For Germans and Europeans la firma narrativa es más poética que un galope de golpes y momentos emocionantes como suelen ser los blockbusters: no hay una explosión de emociones cada tres escenas. Y, nosotros como directores europeos, todavía estamos aprendiendo: hay un gran trabajo llegando desde Irlanda y Francia actualmente.”

Con mucho menos dinero del que manejan los productores estadounidenses, “financiamos a través de subvenciones y la coproducción,” explica Niebuhr. “Unimos nuestras competencias y fortalezas porque no podemos reescribir los guiones eternamente ni comenzarlos de cero. Si ya cuentas con una propiedad conocida, esto hace que te financies más fácilmente, como es el caso de Princess Lillifee [+lee también:
tráiler
ficha de la película] o Max and Moritz, pero a mí me encantaría que las películas familiares pudieran ganar independencia algún día. ¡Nunca digas nunca!”

Para Niebuhr, la situación ideal se daría cuando “existiera un desarrollo propio de financiamiento con productores y directores deseando tomar el riesgo. Estoy seguro de que llegaremos a ese punto. Hay un gran capital de material maravilloso, como en los cuentos de hadas. Los irlandeses tienen su mitología, y los estadounidenses disfrutan enormemente los cuentos de hadas, como es el caso de Shrek. Los checos también han revisitado su pasado. El material europeo es inmenso y muy rico, y podemos sacar lo mejor de él. La animación más inteligente en la actualidad llega de los Estados Unidos, pero tenemos un gran potencial por explorar en nuestras propias historias.”

(Traducción del inglés)