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Stephan Streker • Director

"Zahira es quien dice no: una Antígona de nuestros días"

por 

- Stephan Streker ofrece con Noces una película impactante sobre el trágico destino de una joven sacrificada en el altar de la tradición

Stephan Streker • Director
Stephan Streker en los Magritte 2016 (© Magritte du Cinéma)

Después de un primer largometraje “guerrillero”, esto es, rodado con ganas y urgencia en Los Ángeles, como Michael Blanco (2004), Stephan Streker estrenó en 2013 Le Monde nous appartient [+lee también:
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, una producción más clásica aunque conservara una forma especialmente atrevida. En su tercer largometraje, Noces [+lee también:
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, Streker retoma una narración más clásica para llevar a la gran pantalla el trágico destino de Zahira, una joven belgo-pakistaní que se debate entre su sed de modernidad y su respeto por la tradición.

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Cineuropa: ¿Podría presentarnos su película?
Stephan Streker: Noces relata la historia de Zahira, una joven belgo-pakistaní de 19 años de edad, muy cercana a todos los miembros de su familia, en la que reina el amor hasta el día en que se le impone un matrimonio de arreglo con la tradición pakistaní. Noces, para mí, es una verdadera tragedia griega. Cada personaje recoge dilemas morales realmente poderosos y, como en las tragedias griegas, no hay ningún malvado. Jean Renoir decía que nunca hay malvados en el cine, que cada cual tiene siempre sus razones. Zahira es toda una heroína de 2017, la Antígona de nuestros días. Ella es quien dice no. 

¿Se trata de una película sobre las tradiciones tanto como sobre la juventud?
Noces cuenta la historia de una familia belgo-pakistaní y había que ser fiel a todos los elementos culturales vinculantes. ¿Qué representa a día de hoy el hecho de ser una joven belgo-pakistaní? Aunque se trate de una tragedia griega, yo quería una película luminosa y llena de energía. Es realmente una obra sobre la juventud. La cinta trata también, de rebote, de un tema de enjundia: ¿hay algo más importante que el amor? Uno tiene la impresión de que es la fuerza más poderosa que existe pero, bajo ciertas circunstancias, nos damos cuenta de que hay fuerzas superiores. Eso mantiene una estrecha relación con lo que estamos viviendo en la actualidad.

Zahira navega entre dos culturas y su velo es objeto de transición entre una y otra...
Exacto, eso es: Zahira es belgo-pakistaní, está perfectamente adaptada a ambos medios pero estos medios no intersectan realmente. Se encuentra cómoda en el seno de las dos culturas, puesto que es fruto de ambas. Lo que mejor define a Zahira son los dos mundos en que vive. Dos culturas suman, nunca restan.

¿Es voluntad suya que la película no contenga juicio alguno?
En el cine, todo depende del punto de vista. El punto de vista aquí es el mío pero el juicio se lo dejo al espectador. Espero haber hecho una película que deje al espectador con la inteligencia y la libertad necesarias para hacer su trabajo: juzgar. El juicio que haga de la película acabará diciendo más del espectador que de la película.

¿Cómo encontró a sus protagonistas?
Desde el principio me dije que primero tenía que encontrar a Zahira y, después, construir la familia en torno a ella. Al final, ocurrió lo contrario. Lina El Arabi irradia la pantalla. Lo que adoro en ella es su porte, la posición de su cabeza, muy alta. Le decía a mi productor que necesitábamos a Elisabeth Taylor, una actriz de tragedias increíble. Sébastien Houbani ya había participado en pequeños papeles. Desde que lo vi supe que era él: puede interpretar de todo. Desde Noces, ha tomado parte en una comedia de boulevard con Fanny Ardant en la que es desternillante. Creo que tiene un potencial increíble.

La cinta empieza y termina con la voz en off de Zahira.
Sí, era muy importante que la cinta empezara y terminara con la voz de Zahira porque ella es la película, es su punto de vista. Creo con firmeza en esto del punto de vista: ser director es tener un punto de vista. Desde el momento en que se dispone de uno, estamos listos. Cuando hay un aliento, una inteligencia, podemos filmar. Cuando las cosas son gratuitas en el cine, la cosa no funciona. Aquí, el punto de vista consistía en empezar todas las escenas con Zahira. Yo tenía escritas pequeñas notas para mí mismo. Si Zahira no está en escena, hay que empezar por Amir. Si ni Zahira ni Amir están en pantalla, no es una buena escena, no podemos avanzar en la narración.

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(Traducción del francés)

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