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Mohamed Al-Daradji • Director

"El diálogo es el modo más eficaz de afrontar la violencia extrema"

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- TORONTO 2017: Hablamos con el cineasta iraquí Mohamed Al-Daradji, que presentó su tercer film, The Journey, en la sección Contemporary World Cinema de Toronto

Mohamed Al-Daradji  • Director

Tras labrarse una reputación internacionl con sus anteriores trabajos, Ahlaam (2006) y Son of Babylon [+lee también:
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(2010), el cineasta iraquí Mohamed Al-Daradji presentó su tercer largo, The Journey [+lee también:
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entrevista: Mohamed Al-Daradji
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, en la sección Contemporary World Cinema del reciente 42º Festival Internacional de Cine de Toronto. Hablamos con el director sobre el terrorismo, su experiencia personal y las dificultades propias de coproducir una película en Irak.

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Cineuropa: ¿Fue fácil hablar sobre los motivos que impulsan a alguien a planear un atentado suicida? ¿Hay alguna diferencia cuando la terrorista es una mujer?
Mohamed Al-Daradji: Ese fue el mayor desafío al que nos enfrentamos mi coguionista, Isabelle Stead, y yo, ponernos en la piel de una mujer que planea cometer lo impensable. ¿Por qué decide uno cometer un atentado suicida? ¿Es por las recompensas prometidas, o por dotar de sentido a la propia vida? ¿Se trata de motivos religiosos, de ayudar a construir una utopía islámica, o de casarse en el paraíso? ¿Es un acto empoderador para una mujer? ¿Qué motiva a estas mujeres a convertirse en soldados rasos del patriarcado? The Journey brinda la oportunidad de abrir el debate en torno a este tema.

Como cineasta iraquí, sentía que tenía la responsabilidad de explorar plenamente un tema que no puedo aprehender y llegar a una comprensión de lo que hay detrás de estos actos. El diálogo es la manera más eficaz de afrontar la violencia extrema frente a otras medidas de contraterrorismo.

Sabemos que tu fuente de inspiración fue un hecho real. ¿Podrías hablarnos sobre ese aspecto?
En el 2008, cuando preparaba Son of Babylon, leí un artículo sobre una mujer que planeaba un atentado suicida. Cinco minutos antes de que explotara la bomba, entró arrepentida en una comisaría y confesó sus planes a la policía. Le quitaron la ropa y la ataron a las puertas de la comisaría. Tenía solo 16 años. La imagen me perturbó profundamente. Una niña involucrada en algo tan siniestro. Entonces empecé a oír historias parecidas procedentes de todas partes del mundo: en Moscú, el 29 de marzo de 2010, dos mujeres bombardearon dos estaciones de metro, matando a 38 personas e hiriendo a otras 60. Pensé que las terroristas suicidas podrían ser una de las mayores amenazas a las que se enfrentara cualquier país, especialmente Irak.

La mujer terrorista es invisible, intocable; es una agente libre de sospecha en las misiones de los extremistas. Muchas son captadas y adoctrinadas por facciones extremistas que operan en Irak, en Oriente Medio y en el mundo. Cuando empezamos a vivir, somos inocentes; ¿qué es lo que cambia a una persona y le impulsa a cometer un acto tan extremo y atroz?

Tú provienes de Irak. ¿Has vivido alguna experiencia personal relacionada con este tema?
Yo huí de mi país a los 16 como refugiado para buscar una vida mejor, así que cuando sucedieron los atentados de Londres del 7-J, no podía creerlo. Como tampoco podía creer que los culpables de esos crímenes fueran vecinos míos de Leeds. Los ataques mostraron la fragilidad de una sociedad ante la amenaza del extremismo. Una década después de los atentados del 7-J, el terrorismo es un problema todavía más grave. Mientras que grupos como el Estado Islámico siguen socavando el progreso del multiculturalismo en el Reino Unido, cada vez vemos a más jóvenes que abandonan sus hogares y sus familias para unirse a causas siniestras en el extranjero. A principios de 2015, tres niñas británicas en edad de ir al colegio se fueron de casa para unirse al EI, alentadas por promesas vacías y falsas intenciones. ¿Se debe esto al papel de Inglaterra en la invasión de Irak en 2003? Las consecuencias de esa invasión no pueden subestimarse; para el EI, seguirá siendo la justificación de sus actividades, que acechan a diario en las noticias a través de atentados horribles y las consiguientes represalias a escala global. Es razonable plantear que si la invasión no hubiera sucedido, quizás Sara no habría llegado a realizar su viaje.

Como productor, ¿cuáles fueron los retos a los que te enfrentaste para terminar The Journey?
La producción de cine en Irak requiere un espíritu incansable de independencia. A medida que construimos nuestras narrativas, también estamos reconstruyendo una industria en ruinas; tuvimos que llevarnos todo el equipo a Irak. Nuestro método busca la autenticidad, usando a actores iraquíes no profesionales y priorizando a la gente real, a los equipos y localizaciones regionales, creando un intenso realismo cinematográfico. Para dotar el film de una mayor verosimilitud, realizamos entrevistas exhaustivas a mujeres terroristas. También realizamos una búsqueda creativa, técnica y logística de localizaciones hasta decidir filmar en la emblemática estación central de Bagdad. Mi reto era contar esta historia usando solo una localización: la estación de tren.

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(Traducción del inglés)

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