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Arild Fröhlich • Director

“Divertirse cuando uno puede, estar serio cuando se debe”

por 

- El noruego Arild Fröhlich nos habla de su concepción de la comedia con motivo del lanzamiento en los cines noruegos de su sexto largometraje, Opportunity Knocks

Arild Fröhlich • Director

¡Qué agradable es quedarse en casa relajadamente cuando asola el frío escandinavo! Aunque hay que tener una casa que sea cómoda. Cuidar de su espacio interior es muy importante en Noruega, y es precisamente de las obras de renovación de lo que nos habla la comedia Opportunity Knocks [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, sexto largometraje del director noruego Arild Fröhlich, distribuido por Nordisk Film. En 1972, una comedia de Pål Bang-Hansen con el mismo título en noruego, Norske byggeklosser, tuvo un gran éxito.

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Cineuropa: ¿Por qué este remake?
Arild Fröhlich:
No es realmente un remake. Algunos han visto en las dos películas una pareja en contacto directo con diferentes trabajadores, todos interpretados por el mismo actor, Rolv Wesenlund en la primera versión, y Atle Antonsen en esta película. Wesenlund daba vida a ocho personajes y Atle, a once. Mis protagonistas, Merete y Jens, interpretados por Ine Jansen y Anders Baasmo Christiansen, heredan una casa que necesita ser renovada, mientras que en la otra película se construía una casa en una urbanización. Atle es quien ha escrito el guion y ha creado a los personajes a los que interpreta, con sus características y modernidad: representan un sistema, una burocracia, sobre todo, que conocemos bien. Yo no quería una película de sketches con personajes superficiales, sino una trama dramática sólida que respaldara al conjunto, para centrarnos realmente en la joven pareja. Así que yo he desarrollado la trama: Oddveig, la madre Jens, interpretada por Anne-Marit Jacobsen, por ejemplo, ha sido una nueva creación.

¿Cuál es su receta para hacer reír?
He recurrido, como habrá podido constatar, a los métodos cómicos habituales: repeticiones, exageraciones, posturas divertidas, chistes visuales y sonoros, etc. He hecho guiños amables a los Hermanos Marx y a la comedia screwball, la comedia estrafalaria americana.

¿Podemos hablar de realismo?
Hmm... Es un universo estilizado… en el que la humanidad se conserva pese a todo. Me gusta que mis películas sean tan atemporales como sea posible. Mantengo los anacronismos a propósito, en particular en la elección de la música. He elegido algunas melodías relativamente recientes con algunas notas de los años 70 y 80. Vi vandrar saman, una canción romántica de Olav Stedje, puede sorprender en una escena un poco tonta, pero en el momento de la película en que aparece se está, creo, lo suficientemente unido a los personajes para que la dulzura y la ternura tomen la delantera. En cuanto a la buena música, un poco melancólica, que quería para señalar los aspectos dramáticos de la historia, esa se la debo al compositor Ginge Anvik.

Hay sexo en Opportunity Knocks y palabras duras, sobre todo de boca de Oddveig.
El sexo forma parte de la vida, nada es más natural. De hecho, en mi película está enmarcado en contextos donde el efecto sorpresa es lo que importa. Tiene una función humorística. En cuanto a Oddveig, los insultos están en la lógica del personaje. Con su edad ya no se controla para nada, sino que para ella es liberador.

Lo políticamente incorrecto le es familiar.
Y la mezcla de géneros, también. Ya en mi primer largometraje, Pitbullterje, película seria para algunos, y simplemente entretenida para otros, había ambigüedad, Esta ambigüedad se encuentra aquí con el doble sentido del título inglés, Opportunity Knocks, y del mismo modo en el título noruego, que hace sobre todo alusión a la torpeza, incluso a la incompetencia de los trabajadores en la obra.

¿El rodaje?
En el orden cronológico de la rama, a unos 50 km al norte de Oslo. Nuestro presupuesto era modesto, filmamos durante 26 días. Es poco cuando un actor tiene múltiples personajes que implican horas dedicadas al maquillaje, a los cambios de ropa, etc.

La casa de la película… ¿podemos hablar de una metáfora a la sociedad noruega actual?
Cada uno lo interpreta como quiere. Yo constato que los noruegos son materialistas, muy apegados a sus objetos, a sus bienes, cuando, desde mi punto de vista, son las pequeñas cosas de la vida las que cuentan. Divertirse cuando uno puede, estar serio cuando se debe, ese podría ser mi lema. Si mi película puede llevar a la reflexión, muy bien, pero no lo hago con esta intención, no quiero dar lecciones de moral.

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(Traducción del francés por Cynthia Triviño)

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