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CINEMA JOVE 2019

Armand Rovira • Director de Letters to Paul Morrissey

"Llevo la cultura pop dentro de mí"

por 

- Ha recalado en el 34º Cinema Jove de Valencia el cineasta y docente Armand Rovira, que está recorriendo medio mundo con su arriesgada, cinéfila y fascinante ópera prima, Letters to Paul Morrissey

Armand Rovira • Director de Letters to Paul Morrissey

Tras presentarse en la última edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla y desfilar por el D’A de Barcelona, el FID de Marsella, Black Nights de Tallin y Novos Cinemas de Pontevedra, por mencionar solo algunos certámenes que ha visitado y recorrerá (hasta una veintena más hasta fin de año), esta semana se ha proyectado en el 34º Cinema Jove Letters to Paul Morrissey [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Armand Rovira
ficha de la película
]
, primer largometraje de Armand Rovira, antes de su estreno –previsto para septiembre de este año– en salas españolas. Desayunamos con él en Valencia.

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Cineuropa: Letters to Paul Morrissey está dirigida por ti junto a Saida Benzal, ¿cómo se llevó a cabo el reparto de funciones?
Armand Rovira: Como se ha rodado durante cinco años, a partir del segundo se me ocurrió invitar a amigos a que participaran en ello: hablé con directores experimentales de Barcelona con quienes me había formado, pero quedó en conversaciones, no fue a más, pero Saida, que estaba escribiendo conmigo el guion, se lanzó a dirigir la primera carta. Ella ha trabajado los diálogos conmigo, pero la creación de personajes y la ensoñación de imágenes es cosecha mía; además, Saida interpreta un pequeño papel en su pieza.

¿Pero cuál fue tu formación antes de llegar a estas cartas cinematográficas?
Estudié cine en los noventa en Barcelona y con 19 años dirigí un corto que fue seleccionado por el festival de Sitges. En 2002 rodé otro con Joaquín Jordá, de quien fui muy amigo, titulado La purificación excremental, que tuvo similar recorrido. Luego realicé programas de televisión a Mallorca; en 2009 filmé un corto en 35 mm, ¿Qué será de Baby Grace?, con Álex Angulo de protagonista, y en 2013 empecé Letters... Y como docente llevo 13 años impartiendo clases de montaje, en Madrid.

En el último Abycine presentaste un corto, Hoissuru, que luego fue parte de tu primer largometraje...
Como en la música, ese corto es el single, y Letters... es el LP. En el film, la pieza Hoissuru dura más que como el cortometraje independiente, y tiene otros puntos de vista y ángulos, el montaje de sonido es diferente, y la carta va dirigida a la madre de la protagonista, mientras que en la película va para Morrissey. Las otras piezas del film son más libres en su narrativa y esta, en cambio, podía funcionar como cortometraje: por eso decidimos probar y que empezara su recorrido mientras yo acababa de montar Letters...

Rodar en 16 mm y en blanco y negro es toda una declaración de principios en Letters...
Es algo continuista en mi trabajo, porque yo filmé mis cortos con celuloide, pero si quería homenajear a Morrissey, debía hacerlo en 16 mm porque fue el formato que empleó sobre todo Andy Warhol, ya que los famosos films de género sobre Drácula y Frankestein de Paul fueron rodados en 35 mm. De ahí que vincule ese formato y esa experimentación más con Warhol que con Morrissey.

De hecho, Morrissey usó el color saturado en su trilogía...
Exacto, pero mi película remite más a Chelsea Girls, firmada por ambos, en blanco y negro y con dos pantallas: se hace mención a ella en Letters...

También, por la connotación religiosa de algunos momentos, se vincula tu film con Bergman, Tarkovski y Dreyer, pero tu dios reside entonces en la Factory...
Soy muy cinéfilo, pero poco mitómano, aunque en mi película aparezca François Hardy. Yo estoy muy arraigado a la cultura pop, con la que he crecido y que está dentro de mí. Letters... se parece a muchas películas, pero a la vez no se parece a ninguna; y puede remitir a Persona o El séptimo sello. Su propuesta es tan cinéfila que es inevitable esa relación.

También destila cierto humor...
Me gusta el humor. Cuando empecé a estudiar cine gracias a Paul Morrissey, porque me fascinaron sus películas cuando las vi por primera vez, él me empujó a descubrir a otros cineastas underground de fuerte humor, como John Waters y Russ Meyer. Dentro del cine onírico hay tendencia al sarcasmo (como demuestra David Lynch), que sale de forma natural para que no domine la pesadumbre: en mi película destaca ese humor negro en el fragmento de la señora que fue actriz de la Factory.

Hablando de actrices de la Factory: Sylvia Miles murió hace unos días...
Sí, y ese personaje que mencionaba antes está inspirado en Sally Todd, el suyo en Heat, la película que más me gusta de la trilogía de P. Morrissey. Sylvia era maravillosa, capaz de participar en una película underground y en otra comercial, por eso era muy querida en Estados Unidos, sobre todo en el cine independiente.

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