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SITGES 2019

Lorcan Finnegan • Director de Vivarium

"Hay elementos de terror en la vida cotidiana"

por 

- Hablamos con el director dublinés Lorcan Finnegan sobre Vivarium, una nueva versión del sueño suburbano

Lorcan Finnegan  • Director de Vivarium

Tras su estreno en la Semana de la Crítica de Cannes, la brillante Vivarium [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Lorcan Finnegan
ficha de la película
]
, del irlandés Lorcan Finnegan, se presenta ahora en Sitges y en el Festival de Varsovia. La cinta está protagonizada por Imogen Poots y Jesse Eisenberg, en el papel de una joven pareja atrapada en la casa donde esperaban empezar una familia. Tuvimos la oportunidad de sentarnos con Finnegan para hablar acerca de su película.

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Cineuropa: Parece que la idea de lo doméstico y lo cotidiano sigue asustando a la gente, tan solo hace falta pensar en George A. Romero y su acercamiento a los supermercados. Cuando lo observas desde otra perspectiva resulta aterrador.
Lorcan Finnegan: Hay un elemento de horror en lo cotidiano. Es algo que nos interesaba explorar, tanto a mí como a Garret [Shanley], el guionista con el que trabajo. La idea de partir de algo aparentemente normal y analizarlo desde otra perspectiva, hasta que resulta extraño. En 2011 hicimos un cortometraje llamado Foxes, una especie de comentario socio-político sobre la situación de Irlanda. Por aquel entonces comenzaron a construirse nuevas zonas residenciales por todo el país, especialmente lejos de las ciudades. Trataban de construir el mayor número de casas en el menor espacio posible, para maximizar los beneficios sin tener en cuenta la calidad de vida de la gente. Pero aquella historia era algo más sobrenatural, y todavía teníamos algunas ideas que queríamos explorar, utilizando un estilo cercano a la ciencia ficción de los años 60 y 70.

La sociedad nos dice que eso es lo que debemos hacer: comprar una casa, plantar un árbol, tener un hijo. ¿Querías mostrar que este concepto puede convertirse en un parásito que nos devora por dentro? Pides una hipoteca, pagas durante toda tu vida... y luego mueres.
De eso se trata, es un constructo social. Nos bombardean constantemente con anuncios llamativos sobre accesorios de moda, gente comiendo espárragos y cosas así. Se supone que queremos todo esto, así es como nos lo venden. Pero luego la gente lo pasa mal, se sienten estafados. Es lo que ocurre con el personaje de Jesse, cavando un hoyo todo el tiempo.

Nuestra historia es universal, o eso intentamos, así que necesitábamos que los protagonistas fuesen gente normal. No podían ser estrellas del rock o cocineros famosos. Cuando empezamos con el casting, muchos tíos parecían sacados de un anuncio de Gillette. Primero conocí a Imogen, y durante la reunión nos olvidamos por completo de hablar sobre el guion, nos pasamos todo el rato charlando sobre arte y música. Ella fue la que nos recomendó a Jesse. Le envió el guion por teléfono, en ese mismo momento, y él conectó con la historia.

Tal vez porque, a pesar de todos los elementos fantásticos, se trata de una historia con la que resulta fácil empatizar. Sobre todo para cualquier padre, que sabe lo que es pelearse con esas criaturas extrañas que demandan atención todo el tiempo.
Me encontré con una persona en Londres que pensaba que toda la película trataba sobre la maternidad. De hecho, ella se veía reflejada en el personaje principal. Otra persona me dijo que también se sentía como si hubiese pasado toda la vida cavando un hoyo [risas]. La gente es capaz de identificar los dramas cotidianos, aunque aparezcan exagerados para enfatizar su carácter absurdo. No intentamos decirle al público: “No hagas esto, está mal”. Tan solo tratamos de ofrecer otra visión sobre el tipo de vida que quieren imponernos, con el que nos bombardean constantemente en los medios de comunicación hasta que la gente acaba por creérselo. Se trata de algo aspiracional. Si te dedicas a hacer películas nunca vas a poder permitirte una casa en Irlanda, pero sigues sintiendo cierta ansiedad cuando empiezas a pensar en todo lo que se “supone” que debes conseguir al llegar a cierta edad. Pedir una hipoteca es una decisión muy importante en este país, estamos obsesionados con la propiedad y con tener cosas. Supongo que es simplemente codicia.

Desde luego hay algo de Pleasantville en esta película.
Me inspiré en todas esas zonas residenciales construidas en la posguerra, donde todo parece extraño y premeditado. También en la fotografía de Andreas Gursky, caracterizada por la repetición, y en El imperio de las luces de Magritte, con todas esas nubes flotando en el cielo. Yo estudié diseño gráfico, así que llegué al cine a través del arte. No sé si hay una nueva generación de directores que ha crecido viendo The Twilight Zone o Tales of the Unexpected, o si el mundo está tan jodido que la gente siente la necesidad de reaccionar de alguna forma. El cine de género es una forma maravillosa de hacerlo porque no te limitan las barreras de la realidad. En este caso era algo más complicado, ya que había ciertas reglas, pero podíamos jugar con ellas tanto como quisiéramos. Quería que este lugar tuviese una cualidad artificial y sintética, pero que al mismo tiempo que fuese algo tangible.

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(Traducción del inglés)

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