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ARRAS 2019

Liviu Săndulescu • Director de Cărturan

"Ambientar esta historia en el rural permitía un buen equilibrio entre la vida y la muerte"

por 

- El director rumano Liviu Săndulescu nos habla sobre su primer largometraje, Cărturan, proyectado en la competición del 20° Arras Film Festival

Liviu Săndulescu • Director de Cărturan
(© Léa Rener/Arras Film Festival)

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, que se estrenó en Rumanía hace una semana, es el primer largometraje del rumano Liviu Săndulescu. La película, producida por Mandragora (Anca et Cristi Puiu) y coproducida por las compañías suecas Doppelganger y Film i Väst, compite en la 20ª edición del Festival de Cine de Arras, donde hablamos con su director.  

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Cineuropa: ¿Por qué elegiste el tema de un abuelo que se entera de que va a morir y quiere intentar solucionar sus problemas para poder irse en paz?
Liviu Săndulescu: De niño, pasé muchas vacaciones de verano en casa de mis abuelos de Oltenia, la región donde se desarrolla la película. Es un lugar donde el entierro de limosna es una tradición. Para un niño que venía de la ciudad, las tradiciones, las supersticiones locales, eran muy exóticas. Cuando buscaba un tema para mi primer largometraje, me decanté por mi conexión personal con esta experiencia. Después, desarrollé la idea con mi coguionista, Bogdan Adrian Toma, y la historia se hizo más compleja. El protagonista tiene dos objetivos entremezclados: organizar esta ceremonia y velar por el futuro de su nieto.  

¿Cómo evitaste el exceso de dramatismo en el que podía caer la película?
Quería encontrar el equilibrio entre un tema triste y potencialmente pesado, y un relato que no fuese demasiado dramático. Trabajamos la escritura del guión en esa dirección y durante los ensayos, insistí mucho en ese aspecto con los actores. Creo que, en general, es importante contar historias con normalidad, pero la escritura del personaje principal me ha ayudó a encontrar el equilibrio porque tiene una relación bastante particular son su situación: no tiene un pasado normal porque trabajó en una mina en su juventud y perdió a muchos de sus familiares. Además, en las zonas rurales, la percepción de la muerte es muy diferente de la que se tiene en las ciudades, donde suele ser una especie de tabú. En el campo, está la muerte de los animales, la proximidad de la naturaleza, etc., y situar allí una historia como Cărturan crea un equilibrio entre la vida y la muerte. En este sentido, también insertamos algunos momentos cómicos o absurdos para crear una pequeña odisea antes de la muerte: las primeras dos semanas de un hombre que se entera de que padece una enfermedad incurable y que intenta resolver sus problemas.

La película ofrece, a través de pinceladas muy suaves, un retrato de la sociedad rumana actual.
La construcción del relato se apoya en este tipo de detalles. Para mí, una película debe aportar información de forma progresiva. No es necesario saber todo desde el principio, y me parecía que no era una buena idea insertar problemáticas sociales en una película que en realidad quiere hablar de otra cosa. Estos detalles son importantes para presentar el mundo en el que vive el personaje, pero no es lo esencial. Por ejemplo, la vecina que quiere volver a Italia a trabajar es importante porque es una realidad para muchos rumanos de las zonas rurales y de las ciudades pequeñas, pero sobre todo porque explica por qué no puede adoptar a su nieto, aunque tenga buen corazón y quiera ayudar a Cărturan.

Todos los personajes secundarios están llenos de una buena voluntad que tiene límites.
Es una película sobre los principios morales introducidos por las creencias. Hay un conflicto más visible entre las tradiciones y el dogmatismo de la religión, pero es siempre el lado humano de la historia el que domina la película. No hay maniqueísmo, pues es una cuestión de humanidad. Porque todos tenemos buenas intenciones, pero también tenemos principios a los que no queremos renunciar.   

¿Cuáles eran tus principales intenciones en cuanto a la puesta en escena y cómo trabajaste con el director de fotografía Oleg Mutu?
Tomamos tres decisiones importantes con respecto al estilismo. Primero, hacer planos largos porque yo quería que los actores permanecieran en la pantalla para acumular la energía y la tensión necesarias para la historia. Segundo, establecer una fuerte relación entre los personajes y la naturaleza pues, como el tema de la película es la muerte, quería mostrar mucha vida en la pantalla: vegetación, ruidos de los insectos, etc. Y tercero, no quería demasiados movimientos de cámara porque lo más importante era la historia. Oleg, a quien conocía desde hacía mucho tiempo pero nunca habíamos trabajado juntos, me ayudó con su experiencia y se lo agradezco mucho.

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(Traducción del francés)

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