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Alexandra Kandy Longuet • Directora de Vacancy

"Un motel es en sí mismo un lugar cerrado"

por 

- Cinergie ha entrevistado a la directora Alexandra Kandy Longuet para hablar de su nuevo largometraje Vacancy, pronto en las salas belgas

Alexandra Kandy Longuet • Directora de Vacancy

Después de haber vivido en Estados Unidos cuando era adolescente, Alexandra Kandy Longuet vuelve a visitar el país, con una mezcla de atracción y rechazo hacia un continente que ella misma describe como un "lugar de fricción". Vacancy [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Alexandra Kandy Longuet
ficha de la película
]
, la tercera película que rueda en Estados Unidos, se estrenará en los cines belgas el miércoles 3 de abril.

Cinergie: ¿Por qué te atraían los moteles americanos?
Alexandra Kandy Longuet: Hace mucho tiempo que quería hacer esta película. Comencé a interesarme por primera vez en los moteles cuando estudiaba en la Escuela de Bellas Artes. Descubrí un libro sobre filosofía que realmente me llamó la atención, donde se relacionaba la arquitectura de los moteles con las personas que viven en ellos. Como por mimetismo, este tipo de lugares precarios atraen a personas que experimentan algún tipo de inseguridad. Geográficamente hablando, los moteles siempre están en los márgenes. Además, siempre han despertado una fascinación artística, como en el caso de Bagdad Café, Lolita, David Lynch... Durante varios años, especialmente desde 2008, la demografía de estos moteles ha cambiado mucho. Antes eran lugares de paso para los turistas. Ahora, las habitaciones se pueden alquilar por meses o semanas. Son un recurso temporal para aquellos que non tienen hogar. Mi intención era ir allí y conocer a estas personas.

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¿Cómo encontraste a los personajes?
Conocer a Beverly fue una experiencia auténtica, muy poderosa. En Fresno contacté con un hombre que me habló de un motel en particular, que es donde empecé a grabar. Estaba en una carretera bordeada de moteles idénticos donde vive la gente del lugar. No es un sitio al que puedas llegar sin presentación. Las personas que viven allí son marginados: gente desempleada, prostitutas, drogadictos, pandilleros... También hay personas trabajadoras, pero que no pueden permitirse pagar una hipoteca o un alquiler. Yo buscaba a alguien que hubiese vivido allí durante mucho tiempo, y este hombre me habló de Beverly. Sin embargo, cuando me puse a buscarla, nadie sabía dónde estaba ni qué le había pasado. Simplemente había desaparecido. Y de repente, una noche, me encontré con ella en un aparcamiento. Fue como una epifanía, no me lo podía creer. Ella necesitaba viajar a algún sitio en coche, así que la ayudé. Acababa de salir del hospital porque la habían agredido. Fue un momento muy difícil para ella. Tenía que volver a empezar de cero, había perdido el contacto con su hijo... Pasé mucho tiempo con ella, conociéndonos. En cuanto a Many y Vern, los encontré al parar en una estación de servicio en medio de la nada. Justo detrás había un viejo motel, totalmente abandonado, y ahí es donde viven. Decidí mudarme y pasar una temporada con ellos.

La película no explora cuestiones políticas. De hecho, la criminalidad se presenta como una amenaza lejana. Parece que intentas reconstruir un mundo totalmente separado de la realidad.
Ese era el objetivo. Un motel es en sí mismo un lugar cerrado. Al cruzar la puerta abandonas cualquier concepto social de tiempo. Estás suspendido en un mundo que parece siempre igual. Es una repetición interminable de lo mismo.

En ese mundo, cualquier acto cotidiano parece estar cargado de dificultades.
Todo es un acto de supervivencia. Es muy difícil pensar en el futuro e intentar dar sentido a tu vida. Solo puedes pensar en el día a día. Te levantas, te mueves, cambias de habitación, consigues dinero para pagarla... Beverly no tiene coche, así que tiene que encontrar otra forma de moverse. Lavar la ropa se convierte en una auténtica odisea. Una vez has conseguido todo eso, tan solo te queda el agotamiento. Ahorrar es casi imposible.

Vacancy ofrece un retrato desolador de los Estados Unidos.
Es la verdadera cara de América. Arianna Huffington escribió un libro llamado Traición al sueño americano. Suena impactante, dado que estamos hablando de la mayor potencia mundial, pero es una realidad. Hay gente mayor trabajando como vendedores o camareros, personas con múltiples trabajos que aún así no pueden llegar a fin de mes, gente durmiendo en coches o en moteles... Esa es la realidad de Estados Unidos. Y al mismo tiempo, es un país que todavía nos hace soñar.

(La entrevista completa en francés está disponible aquí)

En colaboración con

 

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(Traducción del francés)

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