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GÖTEBORG 2020

Susanne Kovács • Directora de It Takes a Family

"Hace falta mucho tiempo para ser capaces de tratar el trauma y cómo influye en todo"

por 

- Hemos hablado con la directora danesa Susanne Kovács sobre su primer largometraje documental, It Takes a Family, que se proyecta en Göteborg tras haber sido estrenado en DOK Leipzig

Susanne Kovács  • Directora de It Takes a Family

Hemos hablado con la directora danesa Susanne Kovács sobre su primer largometraje documental, It Takes a Family [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Susanne Kovács
ficha de la película
]
, que se ha estrenado en DOK Leipzig y que se encuentra ahora en la Competición de Documentales Nórdicos del Festival de Cine de Göteborg.

Cineuropa: ¿Cómo empezaste a hacer esta película y qué fue lo más difícil?
Susanne Kovács: Ha sido en realidad y en cierto sentido, un proyecto de vida. Tuve la idea primero en 2005, y empecé a grabar en 2013. Fue entonces cuando cogí la cámara y fui a casa de mi abuela. Se llevó a cabo con parones. Ella estaba indecisa, y a veces decía: “Espera, estoy teniendo pesadillas; no quiero recordar ni hablar más de esto.” Ella también pensaba que no quería que la gente supiera que esa era su historia. Lo he incluido en la película, ya que se mencionan de pasada ciertas cosas que le hacen daño, no solo su experiencia de haber sobrevivido a Mauthausen, sino otras, como su relación con su hijo, que no tenía nada que ver con su trauma.

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En un momento dado, estaba muy molesta y enfadada conmigo, y luego me tiraba sin grabar mucho tiempo; solo la visitaba para tomar té y hablar. Después empezamos otra vez a grabar, y de hecho, también significaba mucho para ella. Al final de la película, dice que somos una familia y que sí soy parte de ella, y eso es una historia importante para todos nosotros. Lo dijo dos semanas antes de morir.

No es fácil enfrentarse a tus familiares más cercanos sobre estos temas tan desagradables, pero eres muy directa tanto con tu abuela como con tu padre. Hay siempre cierto conflicto aquí, aunque claramente también haya amor.
El conflicto siempre estaba muy presente en mi biografía, teniendo por una parte abuelos judíos húngaros que sobrevivieron a los campos de trabajo y de concentración, y por la otra, abuelos alemanes que participaron en el lado alemán, donde mi Opa fue soldado durante el régimen Nazi.

Me quedé estancada en un dilema sobre lo directa que podía ser con mi abuela. ¿Podía hacer estas preguntas? En un momento dado, dijo: “No es tu historia; es la mía.” Por supuesto, tiene razón, es su historia y su destino, y tiene derecho a decir no, pero creo que también tengo derecho a preguntar. Siento que esto me ha influido, y esta es mi vida.

Mi padre tenía un papel importante en la película, y tiene el personaje con mayor desarrollo porque al principio, no perdona la actitud que tuvieron sus padres con él. Dice que había gente buena y mala antes de la guerra, y quizás ellos eran solo gente mala y la guerra no tuvo nada que ver. Sin embargo, no puedes saberlo por completo, y no puedes decir que esto no tuvo nada que ver con la guerra. Pero el hecho de que él tuviese tanto dolor por lo que vivió, solo ve el efecto directo en él. Aún así, los dos sentimos que la situación de mi abuela era mucho peor que la nuestra y que su historia era la más importante.

Es una historia que realmente va de generación en generación, en el sentido de que trata sobre cómo se hereda el trauma en la familia, pero también en el sentido de que las diferentes percepciones de las generaciones pueden diferir enormemente sobre estos temas.
Existe una razón por la que yo, como nieta, cuento la historia y no, por ejemplo, mi padre. Hoy en día, cualquiera puede decir que los abuelos han sufrido estrés postraumático, que en aquellos días no se conocía en absoluto. Vengo de una generación donde se dice que hablar es bueno; tenemos un campo de psicología desarrollado y diferentes terapias… Pero no hemos vivido lo que ellos han vivido. Y luego la generación de en medio, la de mis padres, hablaban sobre los traumas en la sociedad. Mi madre era políticamente activa, y se sintió atraída por este hombre, mi padre, que había sufrido. Se sentía culpable como alemana nacida en 1949, y para ella, fue también una forma de arreglar las cosas y demostrar que los alemanes pueden hacer otras cosas que no sean malas. Pero el problema es que ellos no hablaron de emociones; hablaron sobre sociedad. Hace falta mucho tiempo para ser capaces de tratar el trauma y cómo influye en todo, y hablar sobre las emociones es lo más difícil.

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(Traducción del inglés por Alba Barberá Hurtado)

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