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Francia / Bélgica

Stéphane Demoustier • Director de La chica del brazalete

"¿Conocemos realmente a nuestros hijos?"

por 

- En la víspera de su estreno en Francia, hablamos con Stéphane Demoustier sobre su segundo largometraje, La chica del brazalete, presentado en Locarno

Stéphane Demoustier • Director de La chica del brazalete
(© Sabine Cattaneo)

Stéphane Demoustier, que destacó en la Semana de la Crítica de Venecia 2004 con Terre battue [+lee también:
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, regresa con su segundo largometraje, La chica del brazalete [+lee también:
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, un drama criminal y familiar interpretado por Roschdy Zem, Mélissa Guers, Anaïs Demoustier y Chiara Mastroianni. Esta producción de Petit Film, presentada en la Piazza Grande de Locarno, se estrena en Francia el 12 de febrero a través de Le Pacte.

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Cineuropa: El título La chica del brazalete hace referencia al guión de la película argentina Acusada. ¿Cómo surgió el proyecto?
Stéphane Demoustier: Al principio, me hablaron de un suceso ocurrido en Argentina y resultó ser el mismo que inspiró la película Acusada de Gonzalo Tobal. Cuando nos enteramos de que estaban haciendo la película, nos pusimos en contacto con los argentinos y mi productor consiguió que me dejaran acceder al guión para asegurarme de que la perspectiva que yo había elegido no era la misma, de ahí esta mención en el título: no hay una escena común a las dos películas. Lo que me interesaba era el suceso para poder contar la historia, no desde el punto de vista de la joven, sino de quienes la observan, empezando por sus padres. Al igual que en el caso real, ella es acusada de un crimen a los 16 años y es la única sospechosa.

¿Cómo se aborda un género tan codificado como la película de juicios?
La gran ventaja es el nivel tan elevado de suspenso. Cuando asistimos a un juicio en un tribunal penal, es interesante: escuchamos los testimonios que nos conducen hacia el veredicto. Esa estructura favorece a la película. Yo quería reconstruir la experiencia de un juicio que presencié en un tribunal penal, donde no había pruebas irrefutables, como en este caso. Yo no quería tener una mirada omnisciente sobre la historia, llegar antes que el espectador, pero tenía que escrutar al personaje, intentar comprender su funcionamiento, sus misterios… Yo no sé si es culpable o inocente: le dije a la actriz que lo decidiera y que no me lo dijera nunca.

Al igual que tu primera película, Terre battue, La chica del brazalete es una historia de familia.
La familia es una micro sociedad: una sociedad dentro de otra sociedad y eso dice mucho del mundo en el que vivimos. Y también las jóvenes protagonistas, que están en una edad en la que nos marca mucho lo que nos sucede, una edad donde nos estamos formando, y las experiencias que atravesamos son fundamentales. Cuando se cuenta la historia de una familia, también se cuenta eso: ¿Las generaciones se comprenden? ¿Conocen realmente a sus hijos? Preguntas bastante universales e inagotables.

17 años, la edad del personaje principal, ¿te parece una edad interesante de observar?
Es una edad muy frágil y, a la vez, increíble: todavía podemos tener ideas alocadas, ser muy independientes, no estar demasiado corrompidos por la vida o por el mundo. Todavía se es vulnerable, pues uno no se ha encontrado a sí mismo, pero sigue aprendiendo. También es una edad que resiste, que es rebelde, donde se intenta permanecer inaccesible. Es complejo, cautivador e interesante de escrutar. Para los padres, este misterio afecta a su paroxismo hacia la adolescencia, ya que es el momento en que el hijo se vuelve voluntariamente inaccesible.

La película hace un retrato indirecto de la generación más joven.
Cuando preparaba la película, hice leer el guión a juristas y a jóvenes de la edad de la protagonista, para asegurarme de que lo que yo escenificaba no estaba alejado de la realidad. También medí hasta qué punto son banales los vídeos sexuales como el que circula en la película. Sin embargo, es de una violencia extrema y sería interesante cuestionarlo, ponerlo en evidencia. Pero la película no quiere enfrentar a una generación con la otra, sino mostrar que hay generaciones que simplemente no se comprenden.

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(Traducción del francés)

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