10/09/2020 - VENECIA 2020: Hemos conversado con Giuseppe Pedersoli, directora de La verità su La dolce vita, título fuera de concurso en el Lido

Hemos hablado con Giuseppe Pedersoli, que acaba de presentar su primer trabajo como director tras una larga carrera dedicada a la producción. Su ópera prima, un documental apoyado por el Istituto Luce Cinecittà, se titula La verità su La dolce vita [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Giuseppe Pedersoli
ficha de la película], y se ha estrenado fuera de concurso este año en el Festival de Cine de Venecia.

Cineuropa: ¿Cómo nace este proyecto?
Giuseppe Pedersoli: El proyecto surgió debido a la coincidencia (arruinada en parte por la aparición del Coronavirus), del sesenta aniversario del estreno de La Dolce Vita, que se proyectó por primera vez en el cine Fiamma de Roma el 5 de febrero de 1960, y el centenario del nacimiento de Federico Fellini, lo que representaba la oportunidad perfecta para explorar ciertos aspectos de su obra. Claramente, también hay un vínculo directo con mi abuelo, Giuseppe Amato, a quien conocí muy brevemente, ya que falleció cuando yo tenía solo tres años, pero de quien siempre había escuchado decir que era una persona fascinante. Era una especie de leyenda en nuestra familia por todo lo que había hecho, desde la época del cine mudo hasta principios de los sesenta. Siempre me había preguntado cómo podía ser que un hombre, un productor que había hecho la película italiana más exitosa de todos los tiempos hasta ese momento, no pudiera aprovechar al máximo ese éxito y sus enormes ganancias. De hecho, falleció poco después... La única persona que pudo darme las explicaciones que necesitaba fue mi madre, la única hija que le quedaba y que conocía la historia. Junto con otros familiares, logramos reunir un registro exclusivo e inédito de su trabajo en La Dolce Vita, entre 1958 y 1961. A partir de ahí, la historia se escribió sola. La enorme cantidad de correspondencia compuesta por cartas, telegramas, citas, cuentas financieras, actas de reuniones de producción, disputas y traiciones narran los hechos que sucedieron casi a diario. Un dato interesante es que, en general, Fellini escribía en rojo, Angelo Rizzoli tenía papel con membrete verde y firmaba con un bolígrafo de ese color, mientras que Giuseppe Amato escribía en negro sobre papel con encabezado negro. Incluso en un sentido visual, los tres desempeñaban roles específicos.

¿Cómo coordinaste el proceso de escritura con Giorgio Serafini?
Nuestro trabajo era aportar coherencia y lógica a todas las etapas de producción, tratando de no ser demasiado didácticos, pero manteniéndonos fieles a lo que habían escrito los tres protagonistas. Quería evitar cualquier tipo de interpretación personal. De hecho, yo ni siquiera había nacido cuando se hizo La Dolce Vita. Había leído varias interpretaciones que solo daban una visión de la película desde la perspectiva del director, pero pensábamos que la historia del cine tenía una gran deuda con la figura del productor. Fellini había intentado realizar la película con varios productores, había ganado dos premios Óscar con De Laurentiis, que se mostró muy escéptico con el contenido del guion y los riesgos vinculados a los elevados costes de producción de la película. El director le envió el guion a Amato poco después del verano del 58, y este quedó impresionado después de leerlo durante toda la noche. Fue capaz de ver en ese guion el germen de una gran película. El trabajo que emprendí con Serafini fue una reconstrucción de estos hechos, con la intención de no traicionarlos en sus momentos clave, para ofrecer información inédita y para crear un producto interesante y convincente.

¿Cuánto duró el proceso de producción?
Duró aproximadamente un año y tres meses. Evidentemente, nosotros también tuvimos que enfrentarnos al confinamiento. Afortunadamente, como se trataba de una película documental con muchas fuentes de terceros, logramos terminar todo a tiempo, a pesar de que la producción normalmente habría tardado entre seis y ocho meses.

¿Tienes algún otro proyecto en mente?
Giorgio Serafini y yo estamos trabajando en un proyecto que es muy ambicioso desde el punto de vista de la producción, una serie internacional titulada The Rebel Queen. También estoy trabajando en una posible coproducción internacional sobre la vida de mi padre, Carlo Pedersoli [conocido profesionalmente como Bud Spencer], antes de convertirse en actor. Pero para mi próximo proyecto como director, me gustaría trabajar en un personaje poco conocido de la historia italiana: Ugo Spadafora, médico licenciado por la Universidad de Bolonia que, a lo largo de los años setenta y ochenta, participó en los peores conflictos de guerrillas que afectaron a América Central y Sudamérica. Posteriormente, acabó enfrentándose a Noriega, dictador de Panamá y narcotraficante, que capturó y decapitó a Spadafora. Su cabeza nunca fue encontrada.

(Traducción del italiano)