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SAN SEBASTIÁN 2020 New Directors

Isabel Lamberti • Directora de La última primavera

"Busco mis raíces a través del cine"

por 

- Charlamos con la cineasta Isabel Lamberti de su primer largometraje, La última primavera, una coproducción entre España y Holanda sobre un grupo humano asentado en una zona chabolista

Isabel Lamberti  • Directora de La última primavera
(© Montse Castillo/Festival de San Sebastián)

Si el año pasado la cineasta Isabel Lamberti fue jurado de la sección New Directors del Festival de San Sebastián, en esta edición se pasa al bando de los juzgados con su primer largometraje, titulado La última primavera [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Isabel Lamberti
ficha de la película
]
, sobre un grupo humano asentado en una zona chabolista. La hasta ahora documentalista presentó su coproducción entre España y Holanda en el Kursaal acompañada de su familia protagonista, formada por actores no profesionales. Aprovechamos esta cita donostiarra para charlar con la cineasta en el hotel María Cristina.

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Cineuropa: ¿No habían visto los protagonistas la película hasta este estreno en el festival?
Isabel Lamberti:
Ellos sí la vieron antes, pero en una pantalla de televisión, en su casa, porque al ser una película tan personal –basada en experiencias que han vivido en su propia piel– necesitábamos un lugar donde se sintieran seguros y pudieran expresar lo que sentían al verse en pantalla, y les gustó mucho: hasta el padre lloraba, orgulloso de que sus hijos actuaban tan bien. Ellos no sabían qué habíamos rodado con los demás, porque nunca leyeron el guion y solo conocían sus propias escenas. Por eso fue una gran sorpresa ver las demás secuencias. Pero aquí, en el festival, fue una experiencia muy distinta, con tanta gente y con esa acústica… fue muy emocionante.

¿Tuvieron ellos algún tipo de preparación actoral?
Hicimos un par de ensayos generales y ellos improvisaban en situaciones recreadas. Antes de hacer cada escena lo hablaba con ellos, les preguntaba qué tipo de emociones tenían en cada situación o cómo hubieran hecho esto en la vida normal. Lo más importante durante la preparación de la película fue conocer a fondo a la familia y luego poner eso en la pantalla. Al principio había escenas más escritas, pero no funcionaban tan bien, así que les dije que olvidaran lo escrito.

Pero, ¿qué hace una nacida en Alemania como tú en un país como este?
Mi padre es español, pero mi madre es de Holanda, donde ellos se fueron a vivir cuando yo tenía dos años. Para mí es muy importante hacer películas aquí porque así conozco España y la voy comprendiendo: encuentro así una parte mía.

¿Te identificas con la manera de vivir y la cultura españolas?
Ese es el asunto: en Holanda echas algo de menos, pero no puedes decir muy bien lo que es, pero aquí tampoco me siento totalmente en casa; así que siempre siento la frustración de estar entre medias. Estoy en proceso de desarrollo de mi próxima película, que también quiero rodar en España, porque esa es mi manera de encontrar mis raíces, a través del cine. No me siento nunca completamente en casa en un lugar, y eso puedo vincularlo al tema de la película: ¿qué significa tener que vivir entre dos sitios? Con la historia de la familia de mi largometraje yo me identifico profundamente. Yo estudié documental, pero ya no quería hacerlos más, porque no quería contar solo la realidad. En esta película hemos tenido un estilo concreto, sin usar música, con cámara en mano y sin escenas subjetivas: más estilo reportaje. No me gusta repetirme y en mi próximo proyecto me apetece hacer todo lo contrario y usar música, pero con actores no profesionales en una situación real: estoy investigando la perspectiva femenina de la inmigración latinoamericana en Madrid.

¿Por qué te gustan tanto los actores no profesionales?
Por un lado, porque no tienen artificio: son pura verdad. Y de otra parte porque los actores me dan miedo. Nunca me formé en dirección de actores. Con no profesionales no tengo miedo, porque ellos no saben que yo no sé, así que me siento más libre.

¿Hubo algo especialmente complicado en el rodaje?
Sí, empezar por las mañanas, porque los miembros de la familia se acostaban muy tarde y se levantaban al mediodía, por lo que teníamos que sacarles de la cama. Pero lo hicieron fenomenal, sin protestar.

Los personajes vivían en libertad en la zona chabolista madrileña La Cañada Real. ¿Es ese otro tema importante de tu película?
El concepto de libertad es difícil: ¿qué es tener libertad? Lo más importante es tener poder para tomar decisiones: si quieres vivir en un lugar, que no te fuercen a abandonarlo. No sé si hay un mensaje claro en la película, porque para mí todo tiene muchos matices y no quiero idealizar la vida allí, porque también es duro no tener electricidad.

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